El reparto desigual de vacunas contra el covid, en un momento de graves olas de la enfermedad en regiones en desarrollo, preocupa al presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Francesco Rocca.
Por: Espectador de Caracas con información de El Nacional
Agregó que Venezuela no se escapa de esta situación ya que las tensiones políticas dificultan la distribución de vacunas en el país.
En una entrevista a Efe, Rocca comenta ésta y otras emergencias humanitarias en el mundo.
—Su federación, la OMS y otras organizaciones llevan meses pidiendo una mayor igualdad en la distribución de las vacunas, y finalmente muchos países están comprometiéndose a donar pronto millones de dosis a regiones en desarrollo. ¿Está el mundo finalmente respondiendo a la llamada?
—Doy la bienvenida a cualquier donación, en este momento todo lo que ayude a luchar contra el covid-19 es positivo, pero, siendo honestos, no es la respuesta correcta, es una solución temporal. La única respuesta válida implica una suspensión durante un tiempo de la propiedad intelectual de las vacunas que permita construir instalaciones y dar las tecnologías necesarias a otros países. Sé que es difícil para muchas economías, y sé lo poderosas que son las compañías farmacéuticas, pero creo que salvar y proteger vidas es ahora lo importante. No es una cuestión de donar 14 o 15 millones de dosis, porque estamos hablando de miles de millones de personas que necesitan inmunizarse.
—¿Las negociaciones para suspender la propiedad intelectual de las herramientas contra el covid-19 en el marco de la Organización Mundial del Comercio están realmente avanzando o muchos países están intentando frenarlas?
—Lo único que puedo decir es que la directora general de la OMC (Ngozi Okonjo-Iweala) es una persona muy directa, que no quiere perder el tiempo. Confío en su habilidad, pero la realidad es que las farmacéuticas son poderosas, y también las economías que hay tras ellas. En todo caso, con alguien tan directo al frente de las negociaciones no pierdo la esperanza, pueden conseguirse soluciones prácticas que consigan el principal objetivo, que es el de que haya más instalaciones capaces de fabricar vacunas.