Pre-candidatos en cantidad

La situación venezolana no es nada halagadora. El país está experimentando severas contradicciones, la comunidad internacional está tratando de lograr una salida política y pacífica, única posibilidad de lograr la paz

En Venezuela está próximo a comenzar el proceso electoral para elegir un nuevo presidente de la República. Al igual que en otros procesos anteriores, la coalición que llegó al poder en 1998 tratará de arreglar todo a fin de asegurar su triunfo. La oposición se prepara para la cita y la mayoría de sus dirigentes han confirmado el proceso de elecciones primarias para escoger a un candidato potable capaz de competir en igualdad de condiciones con el abanderado oficialista.

Desafortunadamente, la realidad política del país contrasta con esta narrativa. Por una parte, ha habido una curiosa y alarmante tendencia a la proliferación de los pre-candidatos, muchos de ellos de escasa figuración y limitada proyección, convirtiendo al movimiento comicial en una verdadera “Torre de Babel”. El oficialismo, como era de esperarse, amenaza con cambiar las condiciones que exige la ley y se niega a negociar tres elementos para garantizar un sufragio que cumpla con los requisitos legales.

Se trata de la composición del Consejo Nacional Electoral que en la actualidad no es paritario, la reforma y actualización del Registro Electoral Permanente y la aceptación de las misiones de observación electoral. Esta es la mínima condición que exige un legítimo panorama. Hasta la fecha, no se ha hablado en las negociaciones sobre estos temas a la par que aumentan los aspirantes dentro de la oposición. Desde luego que en este escenario no hay mucho que esperar.

Un grupo de venezolanos han llamado la atención sobre estos temas, particularmente lo referido a la sobredimensión de pre-candidaturas, lo que llevaría a un proceso interno engorroso, costoso e inútil. A su vez, este grupo ha venido manifestando su preferencia por la escogencia del candidato opositor con base en las encuestas y por consenso, evitando así el gasto que ello implica.

Ahora bien, siempre habrá un pre-candidato que no respetará los resultados de una hipotética candidatura de la unidad. Y otros se lanzarán por su cuenta. Esto puede también pasar con un candidato escogido por consenso, pero el riesgo es mucho menor. Por otra parte, ese candidato unitario puede ser capaz de llegarle a un pueblo que desconfía de ese “arroz con mango” que es la proliferación de candidaturas.

En este contexto, en la medida en que se abren las posibilidades de un voto castigo, al rodar cuesta abajo la tesis de la normalidad en el país, un mensaje unitario puede colocar la candidatura por consenso con mayores posibilidades, con un menor costos, con una oferta homogénea y con una dirección comprometida con el cambio político, lo que de manera sencilla no es más que procurar ganar.

La situación venezolana no es nada halagadora. El país está experimentando severas contradicciones, la comunidad internacional está tratando de lograr una salida política y pacífica, única posibilidad de lograr la paz. Son muchos los obstáculos que existen, tales como las condiciones limitadas y el ventajismo, pero de lo que se trata es de disminuir esos obstáculos. Uno de ellos es el de evitar el proceso de las primarias. Aún hay tiempo de enmendar ese error.

romecan53@hotmail.com

Con información de El UNiversal.

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