18 de diciembre de 2024 1:18 PM

Carlos Raúl Hernández: Por el camino de Damasco

Carlos Raúl Hernández

1. Un golpe de Estado en 2011, el método de cambio político musulmán, eyectó al presidente egipcio Hosni Mubarak, pero importantes factores políticos y agencias internacionales lo llamaron, poéticos, la “revolución de los jóvenes” o la “revolución blanca”, parte de la “primavera árabe” por la libertad y la democracia. Dictadorzuelo avispado, de inteligencia “reptil”, el fugaz nuevo presidente Mohamed Morsi, aprovechó la euforia post dictadura, la luna de miel, para desechar los grupos modernos de Egipto e imponerles una seudoconstitución con el gusano de la teocracia y el fascismo islámicos. Su desastroso gobierno trajo una debacle económica. La “constitución Morsi” consagraba que … “El Islam es la religión del Estado… y los principios de la sharia son la principal fuente de legislación”, particularmente en el caso de los derechos de la mujer. Define la libertad de expresión como “supervisada” y se “prohíben ofensas a las personas y al profeta”. Entonces, en 2013, los militares actúan de nuevo, esta vez para impedir el retroceso bárbaro que pretendían Morsi y la secta fundamentalista islámica de los Hermanos Musulmanes.

2. Analistas y medios internacionales, seguidores de los ayatolas de primavera, decidieron la nueva línea editorial 2013: “golpe de Estado”. Las Fuerzas Armadas dieron ahora un contra-golpe a Morsi, retruécano para detener el que desarrollaba éste para imponer la teocracia. Era previsible que un gobierno de los Hermanos Musulmanes tuviera un final desgraciado, en uno u otro sentido, porque su carrera criminal en el Oriente Medio ha sido coherente. Su fundador en 1928, Hassan Al Banna, y su principal ideólogo, Yassif Qutub, son creadores del “islamismo”, mejor caracterizado de “fascismo islámico”. que empujó la religión de Alá, otrora tolerante con la sensualidad, la belleza y el conocimiento, Las Mil y una noches, Las Rubaiyat de Omar Kayyán y las bailarinas sicalípticas, la medicina musulmana, al sótano de una doctrina oscura. Dieron ideología al terrorismo religioso, entre sunitas y chiítas, Hammas, Al Qaeda, Yihad Islámica, Al Gama Al Islamiya, Estado Islámico, Hezbolá, y decenas de otros grupos existentes o desaparecidos. Al Banna decía a los jóvenes que “el apego a este mundo y el miedo a la muerte solo producen deshonor y degradación. “Prepárense para la Guerra Santa y solo amen la muerte”.

3. El islamismo sintetiza los rasgos humanos más primitivos: barbarie prepolítica extrema, fanatismo, miedo a la capacidad de seducción femenina, tribalismo. Los Hermanos aprendieron muchos artilugios y a camuflarse con habilidad, pero son fascistas-comunistas islámicos. Nasser, Al Assad padre, Gaddafi, eran socialistas prosoviéticos, pero los Hermanos Musulmanes cargan un equivalente potencial de Mao o Pol Pot, cosa que los militares egipcios sabían. Por definición los países de mayorías musulmanas son dictatoriales y lo que algunos ideólogos llaman “democracia islámica” es una mueca publicitaria grotesca, un engendro basado en la sharía, una teocracia, como Yemen, Brunei, Pakistán, Nigeria, Sudán, Arabia Saudita, Irán, Afganistán. Según el conocido índice de The Economist, los países musulmanes son autoritarismos teocráticos o laicos, y cuatro, Turquía, Malasia, Túnez e Indonesia, son semidictaduras, sistemas híbridos. Una sociedad en la que las mujeres no pueden salir solas a la calle, deben taparse para ser invisibles y caminar pasos atrás de sus maridos, es un primitivismo inaceptable en occidente.

4. Laica era la dictadura Siria que competía en crueldad con cualquier otra del mundo. Las cárceles mantenidas por el gobierno de Bashar Al Assad, como la de Saydnaya, no envidian a los campos de concentración nazi: subterráneos, presos olvidados, cadáveres ambulantes tragados por el tiempo, sin proceso, por mera sospecha, sin esperanza, que perdían la razón. Cuerpos disueltos en toneles de ácido, celdas secretas de tortura. Mientras las organizaciones de Derechos Humanos, universidades, intelectuales, periodistas y políticos en occidente estaban demasiado ocupados en odiar a Israel y es curioso (“llama poderosamente la atención”, diría la culta Latiniparla de Quevedo) que sobre Al Assad no pese ni una torcida de ojos del Tribunal Penal Internacional. El terrorismo islámico, a fecha de hoy llora lágrimas de vinagre al recordar su locura el 7 de octubre de 2023, que trajo la desgracia para Irán en particular, centro de gravedad del antisemitismo global, y mayor tranquilidad para el Medio Oriente.

5. Israel triunfa ruidosamente en la guerra que le declaran el 7Oct, destruye la maquinaria terrorista construida en su contra por Irán desde 1979, a un costo de centenares de miles de millones de dólares. Hasán Nasrralá, el recientemente desaparecido líder de Hezbolá durante 30 años, decía “en caso de que caiga Siria, caería la resistencia Palestina”. Al final cayó Siria y aplastaron a Hamas en Gaza y a Hezbolá en el sur del Líbano, y destruidas sus extremidades, vendría Irán, con lo que una utopía podría realizarse: que la civilización llegará al Medio Oriente y los países que lo componen pudieran vivir en paz, aunque sea relativa, naturalmente. Con el desenlace en Siria, Israel se corona vencedor. Existe la sospecha de que derrocan una dictadura laica para imponer un despotismo teocrático, como pregonan entre balaceras por ahora al aire, las milicias armadas en las celebraciones de calle y hay razones para mantenerse expectante. Contra eso abona que en la nueva coalición de equilibrio que derrotó a Al Assad están EE. UU, Turquía e Israel y que Siria ya no está armada ni tiene ejército.

6. La barbarie desatada cuelga a un primo de Al Assad en medio de la multitud y asesinan heridos curdos en un hospital de Damasco. Al Yulani, el líder triunfador, el Thomas Jefferson del siglo XXI, perteneció 16 años a Al Qaeda y 3 al tenebroso ISIS, pero ahora lo recuerda vagamente. Algo tienen el kibbe y el falafel en el camino de Damasco que producen conversiones dramáticas. Hay otra igualmente milagrosa: al Assad, responsable de medio millón de muertes en la guerra civil, millones de exilados, mazmorras que enloquecían a los presos, según la izquierda era una especie de San Francisco de Asís, “amado por su pueblo”, buen padre, buen marido, buen vecino, mejor presidente. Conclusión: los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, ya no informan, solo adoctrinan. Mientras ocurren milagros, Israel hizo escombros y humo la capacidad militar del enemigo con trescientos ataques: 120 aviones de guerra y la marina, sistemas de detección aérea, tanques, misiles, arsenales. Según Reuters atacan por aire objetivos militares en varias ciudades y hay tanques israelíes a 20 kms de Damasco.

@carlosraulher

El Universal

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