Corea del Norte aseguró este lunes que el proyectil que lanzó este pasado domingo 13 de diciembre es un misil balístico de rango intermedio (IRBM) de tipo hipersónico que funciona con combustible sólido.
«El objetivo de la prueba fue verificar las características de planeo y navegación de la ojiva controlada maniobrable hipersónica de alcance intermedio, así como la fiabilidad de los motores de combustible sólido de alto rendimiento para las distintas fases (del proyectil) recientemente desarrollados», explicó la agencia estatal KCNA, que añadió que el test «fue realizado con éxito».
KCNA no indicó la presencia del líder norcoreano, Kim Jong-un, durante en el lanzamiento, realizado por la recientemente creada Dirección General de Misiles, un detalle que algunos analistas consideran que indica que el misil puede estar en una fase temprana de desarrollo.
La agencia de noticias estatal norcoreana solo publicó una foto del proyectil, lanzado aparentemente desde uno de los complejos residenciales de Kim Jong-un al noreste de Pionyang, el mismo lugar desde el cual se ha disparado en dos ocasiones el misil balístico de alcance intercontinental (ICBM) y combustible sólido Hwasong-18.
El régimen norcoreano ya probó en 2021 y 2022 misiles supuestamente hipersónicos de combustible líquido equipados con ojivas de alta maniobrabilidad similares a la que se aprecia en el misil lanzado el domingo.
A su vez, Pionyang probó en bancos de prueba los dos motores de combustible sólido aparentemente usados en este nuevo misil a mediados de noviembre, por lo que Seúl había advertido repetidamente sobre la posibilidad de un primer test de vuelo, e incluso se cree que un lanzamiento fallido realizado el 23 de noviembre pudo corresponder a este proyectil.
A diferencia del combustible líquido, el sólido permite almacenar el misil ya cargado de propelente, lo que depara un despliegue más rápido a la hora de lanzar y hace más difícil que el proyectil sea destruido por un ataque preventivo.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano indicó el domingo que el misil voló unos 1.000 kilómetros antes de caer en aguas del mar de Japón (llamado mar del Este en ambas Coreas), aunque los datos facilitados por el ejército nipón varían sustancialmente, ya que Tokio indicó que voló unos 500 kilómetros, alcanzando una altura de 50 kilómetros, y que cayó al agua unos 12 minutos después del despegue.
Tras el anuncio norcoreano de este lunes el JCS señaló en un comunicado que este último lanzamiento viola las resoluciones de la ONU que prohíben el uso de tecnología de misiles balísticos a Pionyang y advirtió que responderá «de manera abrumadora» si el Norte opta por realizar «una provocación directa».
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