El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitará este jueves Israel y Palestina en el que será su primer viaje internacional tras ser investido la pasada semana. Le acompañará el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, ya que este país sucederá a España en la Presidencia de la UE a partir de enero.
Ambos se reunirán en Jerusalén tanto con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, como con el presidente, Isaac Herzog, mientras que en territorio palestino lo hará con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas.
En las conversaciones de los dirigentes europeos, israelíes y palestino analizarán el impacto del ataque perpetrado por Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre y la masacre perpetrada por Israel que ha provocada una crisis humanitaria en la Franja de Gaza.
Las conversaciones se centrarán sobre el terreno en la protección de todos los civiles, la liberación incondicional e inmediata de los rehenes, el acceso de la ayuda humanitaria a la franja de Gaza, el respeto del Derecho Internacional Humanitario y la búsqueda de una solución política duradera para la región, basada en dos estados, Israel y Palestina, que coexistan en paz y seguridad.
Esa es la propuesta que viene defendiendo Sánchez en todas sus intervenciones, y para avanzar en ese objetivo abogó en la última reunión del Consejo Europeo por que se pueda celebrar en unos meses una conferencia de paz sobre Oriente Medio. Una iniciativa que fue asumida por todos los líderes de la Unión Europea y que intentarán que se pueda convertir en realidad.
Desde el primer momento, Sánchez ha condenado el ataque de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre, pero también le ha pedido que permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y que se hagan pausas humanitarias.
Trasladó directamente esa petición a Netanyahu en una conversación telefónica que mantuvieron el pasado 22 de octubre, un día después de participar en Egipto en una cumbre internacional sobre el conflicto entre Israel y Hamás y durante la que se reunió con Mahmud Abbas.
A la situación en Oriente Medio se refirió también en el debate de su investidura como presidente, ya que se comprometió a trabajar tanto en España como en Europa para que se reconozca a Palestina como un estado.
Además, reprochó al primer ministro de Israel su estrategia ante el conflicto con Hamás porque dijo que su respuesta “desproporcionada y equivocada” a los ataques no garantiza la seguridad de los ciudadanos israelíes.
De la misma forma, aprovechó para elogiar la decisión adoptada la pasada semana por el Consejo de Seguridad de la ONU (que Estados Unidos permitió con su abstención) de exigir a Israel pausas humanitarias amplias para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
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