En un mar de contradicciones se desarrolla la Revolución Bolivariana. No estoy afirmando nada que no se sepa. Las contradicciones son propias de estos procesos en los que la lucha de clases se manifiesta en su máxima expresión, por lo que, no nos sorprende que hoy algunos asesores económicos del gobierno se opongan a la indexación de la economía, calificándola incluso de disparate, cuando fue el propio presidente Constitucional de la República Nicolás Maduro quien, el 14 de agosto de 2018, anunció la medida.
En el marco del Plan de Recuperación y Prosperidad Económica dijo el presidente hace 3 años: “Venezuela tendrá dos unidades de cuenta, el bolívar soberano y el petro, por su parte, el bolívar soberano estará anclado al petro. El mismo día anunció el anclaje del sistema salarial y el de precios de bienes y servicios al petro. (https://www.youtube.com/watch?v=1ngCs0_uSz8).
Tres días después, el 17 de agosto, el presidente ratificó el anuncio del anclaje del salario y las pensiones al petro, dijo: “en base al sistema nuevo de anclaje en el petro, he fijado el salario mínimo, las pensiones y la base de salarios para todas las tablas salariales del país en medio petro. ¿Ellos no dolarizaron los precios? yo petrolizo el salario y petrolizo los precios”. En otras palabras, estableció una nueva unidad de cuenta denominada petro a la cual estarían indexadas todas las expresiones monetarias de la economía incluyendo el salario y las pensiones.
Ante el anuncio, desde ese preciso instante y en el marco de la lucha de clases se impuso y ha salido victoriosa la burguesía. Comenzando por el hecho de que, en apenas 15 días, el imperialismo arremetió contra el tipo de cambio, el cual pasó de 60 BsS/US$ a 120 BsS/US$ en los portales web, y dado que los precios de las mercancías se referencian automáticamente a dicho tipo de cambio, los precios aumentaron inmediatamente volviendo “sal y agua” el aumento salarial decretado.
No se hubiese pulverizado el poder adquisitivo de los trabajadores ante tal ataque al bolívar si la medida de indexación del salario y las pensiones al petro se hubiese ejecutado como fue anunciada por el presidente. Sin embargo, esto no ocurrió, lo que constituyó una victoria más para la burguesía. No ocurrió, entre otras razones, porque ni siquiera quedó publicado en Gaceta Oficial el anuncio del nuevo sistema monetario indexado al petro, mucho menos el anuncio de que el salario, a partir de ese momento sería expresado en petros. El decreto del aumento de salario mínimo legal publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria 6.403 del 31-08-2018, ni siquiera menciona el petro, solo se refiere a los 1.800 BsS/mes establecido para ese momento.
Lo que si se publicó en la gaceta fueron los “precios acordados” con 35 empresarios de alimentos. Acuerdo que, en dicha puja en la que también se impuso la burguesía, terminó resultando que el precio de tan solo 25 alimentos sumaba 0,32 petros lo que hacía, de entrada, insuficiente el aumento salarial decretado (Gaceta Oficial Extraordinaria 6.397 del 21-08-2018). Otro punto a favor de la burguesía.
Es el caso que, en esta lucha, la indexación anunciada por el presidente y boicoteada por la burguesía y sus defensores, solo ha avanzado para garantizar y privilegiar los intereses de los dueños del capital y no los requerimientos de los trabajadores. Es así como, por ejemplo, el BCV indexó los créditos bancarios al tipo de cambio, es decir, si usted solicita un préstamo hoy de 100 BsD, le harán la equivalencia al dólar y cuando le corresponda devolverlo, no lo hará por 100 BsD sino que debe multiplicar la cantidad de dólares que le prestaron por el tipo de cambio de ese momento (Gaceta Oficial N° 42.050 del 19-01-2021). Así la banca no pierde. Ninguno de los asesores del gobierno que se oponen a la indexación vociferó que no hay suficientes bolívares circulando en la economía para que los prestamistas devuelvan el crédito, tampoco dijeron que la emisión de esos nuevos bolívares generaría más inflación tal como afirman cuando de la indexación salarial se trata. En cristiano, para la burguesía y sus defensores, cuando se trata de la indexación de los ingresos de la banca y de los empresarios si hay suficiente dinero y su eventual emisión no generará inflación, no así cuando se trata de la indexación del ingreso de la clase obrera. ¡Vaya contradicción!
También se ha concretado la indexación en petros para garantizar algunos ingresos del Estado, por ejemplo, la emisión y renovación del pasaporte, los impuestos municipales, tarifas de servicios públicos o de trámites administrativos, aranceles. Ninguno de los detractores de la indexación (nos referimos a los asesores del gobierno) levantó su voz para sugerir que, al igual que los ingresos, también se indexe el gasto público tal como hemos estado proponiendo, es decir, que se elaborare el presupuesto de gasto público en petros de manera que, al momento de que la Tesorería Nacional realice el desembolso en bolívares lo calcule en función de la cantidad de petros aprobados en la ley de presupuestos y con el valor bolívar-petro publicado por el BCV en el momento de la ejecución.
Ni hablar de la indexación de los precios de los bienes y servicios que, no solo desde hace rato están referenciados/indexados al dólar criminal, sino que hasta se ha oficializado dicha indexación para proteger a la burguesía. Tal es el caso de la reciente indexación al petro de las tarifas de servicios médicos y pólizas de seguros para el covid-19 con el objetivo de proteger a las clínicas y aseguradoras privadas de la hiperinflación inducida. Nos preguntamos ¿es que acaso los hospitales públicos no están también afectados por la misma hiperinflación inducida? ¿Por qué a estos establecimientos no se les indexa su presupuesto al petro y a las clínicas privadas sí?
El Precio de la gasolina también está oficialmente indexado, ni siquiera al petro, sino al dólar.
Hemos insistido en el hecho de que la ganancia depende del salario: en la medida en que el salario es menor, la ganancia es mayor. Si el precio es 100 y el salario 50, la ganancia será 50, si el salario fuese 10, la ganancia sería 90. Si el precio aumenta a 200 y el salario se mantiene en 10, la ganancia será 190. Aquí radica la contradicción capital-trabajo. No es casual que la burguesía y sus defensores se opongan al aumento de los salarios y a su indexación.
Estaremos avanzando en revolución cuando, en lugar de ver al ministerio del comercio legitimando la indexación de los precios de los bienes y servicios al dólar con el discurso de que, “en nombre del socialismo” están protegiendo al pueblo y están supervisando a los comercios para que en lugar de indexarse al tipo de cambio criminal lo hagan al tipo de cambio oficial, veamos al ministerio del trabajo y a la dirigencia de la clase obrera en las fábricas garantizando que se cumpla la indexación del salario al petro, así como su incremento hasta alcanzar, por lo menos, la canasta básica, tal como establece el artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y como fue anunciado en agosto de 2018.
En medio de estas contradicciones, a la clase obrera, le toca, como siempre, ¡seguir luchando!