Te despiertas en medio de la noche, abres los ojos, pero no te puedes mover. Un sudor frío empieza a recorrer tu espalda y te preguntas qué es lo que te está pasando. Notas como si algo estuviese encima de ti presionando tu pecho. Tranquilo, no te está sucediendo nada raro. A esto se le llama parálisis del sueño y es posible evitarla.
Por: El Espectador de Caracas con información de 800Noticias
El Instituto del Sueño (IIS) explica que la parálisis del sueño aparece durante la fase REM, una de las etapas más importantes en la que hay una actividad cerebral elevada. Por fortuna, esta sensación incómoda de no poder moverse dura entre unos segundos hasta 3 minutos. Pero, ¿por qué aparece?
¿A qué se deben las parálisis del sueño?
Si te has sentido identificado con las sensaciones expuestas arriba, debes saber que las parálisis del sueño surgen debido a diferentes razones. El IIS menciona que aparecen con más frecuencia en trabajadores a turnos o en personas que sufren con jet-lag. La falta de un horario regular o de una higiene del sueño adecuada pueden ser las primeras causas.
Sin embargo, si eres una persona que está bajo mucho estrés, es esperable que las parálisis del sueño aparezcan. Tu cuerpo está en tensión durante todo el día, tu mente está más activa que nunca y una de las maneras en las que el organismo reacciona es provocándote este fenómeno. Está claro que no es algo agradable.
Factores de riesgo de una parálisis del sueño
Los factores de riesgo de una parálisis del sueño te permitirán comprender por qué estás sufriendo estos episodios. Asimismo, te servirá para darles solución.
Si tomas medidas con respecto a estos factores será más fácil prevenir que vuelvan a aparecer las parálisis durante el descanso. Estos son algunos que debes tener en cuenta:
- Cambios de horario: si te cambian los turnos en el trabajo.
- Trabajar de noche: dormir durante el día puede ser complicado.
- Cansancio: no estás descansando las horas suficientes o no estás durmiendo bien.
- Sufres narcolepsia: la somnolencia extrema no hace que descanses mejor.
- Tienes algún trastorno psiquiátrico: bipolaridad, estrés postraumático, depresión.
Todos estos factores de riesgo pueden hacer que tengas una mayor predisposición a sufrir una parálisis del sueño mientras duermes. Identificar qué es lo que te está pasando a ti te ayudará a ponerle solución, aunque también te será útil llevar a cabo alguno de los consejos que descubrirás a continuación.
Consejos para evitar estos episodios
Existen varios consejos para evitar la parálisis mientras duermes, sin embargo, hemos decidido elegir solo 5 recomendaciones generales que suelen venir muy bien.
No obstante, siempre es positivo que le comentes lo que te está ocurriendo a tu médico. Quizás, haya alguna pauta concreta que no mencionamos que te puede venir mejor.
1. El ejercicio puede ser útil
El primero de los consejos es hacer ejercicio. Esto es positivo tanto si sufres episodios de parálisis del sueño como si no.
El ejercicio te cansa, te relaja y ayuda a que tu cuerpo se prepare para recuperarse. Por eso, tras es normal que te sientas más agotado y que si te pones a dormir lo hagas antes de lo habitual.
2. Duerme las horas suficientes
El segundo de los consejos es que tengas una buena higiene del sueño. Si es posible, vete a dormir siempre a la misma hora. Esto hará que tu cuerpo, con el paso de los días, se vaya preparando de antemano.
Asimismo, olvídate de dormir entre 7 a 8 horas de manera estricta. ¿Qué es lo que necesita tu cuerpo? No importa si son 6 o 9 horas. Debes conocer tu organismo para que puedas descansar lo suficiente.
3. Reducir el estrés es una buena idea
El tercero de los consejos es que reduzcas el estrés. Vivimos en una sociedad muy agitada y la situación actual de pandemia no ayuda a que te relajes.
Por eso, a pesar de que creas que estás tranquilo, prueba a introducir hábitos, como hacer ejercicio. Esto te relajará, como lo hará el meditar. Te sentirás mejor y en calma.
4. Cuidado con la alimentación
El cuarto de los consejos para evitar la parálisis del sueño es que tengas en cuenta tu alimentación. ¿Tienes unos horarios para comer? ¿Comes alimentos nutritivos?