El papa Francisco realizó hoy un llamamiento a los jóvenes para que utilicen sus «dones para corregir los errores del pasado» y tender hacia una nueva economía más sostenible e inclusiva y que proteja el medio ambiente y advirtió: «Son quizás la última generación que puede salvarnos».
Por: El Espectador de Caracas / EFE
En un mensaje enviado a los jóvenes economistas reunidos en Asís (centro de Italia) para la iniciativa «La Economía de Francisco», el papa denunció que «unos pocos se han aprovechado de la pandemia» de coronavirus «para enriquecerse» y que todo esto «recae de forma desproporcionada en nuestros hermanos y hermanas más pobres».
Y lamentó la existencia de «una economía que mata» y que «proviene de la suposición de que somos dueños de la creación, capaces de explotarla para nuestro propio intereses y nuestro propio crecimiento».
También denunció la destrucción del medio ambiente. «Hoy nuestra madre Tierra gime y nos advierte de que nos acercamos a umbrales peligrosos» y advirtió: «Ustedes son quizás la última generación que puede salvarnos, no exagero».
Y instó, «a la luz de esta emergencia», a que la juventud «pueda utilizar sus dones para corregir los errores del pasado y conducirnos hacia una nueva economía más sostenible e inclusiva».
Una economía, destacó Francisco, que necesitará «la regeneración de todos nuestros sistemas sociales» y de «inculcar los valores de solidaridad, sostenibilidad y el cuidado de nuestra tierra y de los bienes comunes», así como la distribución de las vacunas para todos.
«Nunca como en este momento sentimos la necesidad de jóvenes que sepan, a través del estudio y la práctica, demostrar que existe una economía diferente», agregó y les pidió que «sean sensibles a la voz de los pobres» y se comprometan «a incluirlos en la construcción de nuestro futuro común».
Y añadió: «Nuestra época, por la importancia y la urgencia de la economía, necesita una nueva generación de economistas que vivan el Evangelio en las empresas, las escuelas, las fábricas, los bancos y los mercados».
«Queridos jóvenes, sacad vuestras ideas, vuestros sueños y a través de ellos llevad al mundo, a la Iglesia y a otros jóvenes la profecía y la belleza de la que sois capaces. No eres el futuro, tú eres el presente. Otro regalo. El mundo necesita tu valor ahora», concluyó su mensaje a los jóvenes.