Pakistán evacúa a más de 50.000 personas durante las mayores inundaciones de la última década, en las que han muerto unas 1.200 personas. UNICEF advierte que al menos 3,4 millones de niños necesitan ayuda humanitaria.
«En las últimas 24 horas, 1.991 individuos varados han sido evacuados y 162,6 toneladas de artículos de socorro han sido distribuidos a personas afectadas. Hasta ahora, más de 50.000 personas han sido trasladadas a zonas más seguras», dijo este viernes la oficina de comunicación del Ejército paquistaní (ISPR).
Las autoridades afirmaron que el país cuenta con 147 campamentos en las zonas afectadas de Sindh y Baluchistán (sur), el sur de Punjab (oeste) y Khyber Pakhtunkhwa (noroeste) de Pakistán. De acuerdo al balance oficial, unas 1.200 personas, incluidos 399 niños, han muerto desde mediados de junio a causa de las inundaciones, más de 3.600 personas han resultado heridas, más de un millón de casas han sido parcial o totalmente destruidas, y pueblos enteros han sido arrasados.
160 puentes y 5.000 kilómetros de carreteras destruidos o dañados
El Gobierno calcula que los daños de las inundaciones ascienden por lo menos a los 10.000 millones de dólares. La devastación provocada por las incesantes lluvias del monzón, que en algunas provincias han dejado precipitaciones hasta cinco veces superiores a la media, ha afectado a 33 millones de personas, según las autoridades.
Pakistán se ha visto desbordado por la catástrofe y ha pedido a la comunidad internacional, conjuntamente con la ONU, una ayuda de emergencia de 160 millones de dólares para socorrer a las víctimas de forma inmediata. El representante de UNICEF en Pakistán, Abdullah Fadil, afirmó hoy que las inundaciones han afectado al menos a 16 millones de niños, y 3,4 de ellos «necesitan ayuda humanitaria».
«Las operaciones de rescate y socorro todavía son extremadamente difíciles de realizar, unos 160 puentes y 5.000 kilómetros de carreteras han sido destruidos o dañados», lamentó.
Fadil explicó que las fuertes lluvias han dejado unos 400 niños muertos, y advirtió que las secuelas de las inundaciones podrían dejar muchos más fallecidos. «La situación continuará deteriorándose porque el invierno se encuentra solo a ocho semanas en algunas partes del país», dijo, destacando el peligro de que enfermedades como el cólera o la malaria se ceben en la población paquistaní desplazada.