Cuando se escriba la historia de las llamadas “Cumbres de Las Américas” tendrá que decirse que el supuesto evento continental a realizarse en la ciudad de Los Ángeles, EEUU, y que es la número nueve, ya no podrá llamarse ni “cumbre”, ni tampoco de “Las Américas”, por el intolerante y radical comportamiento excluyente que el anfitrión ,extralimitándose en sus funciones por ser el país sede, en un arrebato anticomunista y por complacer a la derecha internacional no invitó a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Esto por muchas razones: 1- Para evitar que se escuchen voces disidentes antiimperialistas y dar la sensación de tener un perfecto consenso; 2.- Para no escuchar, precisamente de los representantes de estos tres países, las ilegales sanciones y los criminales bloqueos que aplica el imperio estadounidense para “castigar” a los gobiernos que piensan diferente; 3- Estados Unidos quiere que todos los jefes de Estado y de de gobierno del continente americano firmen “una declaración final” repudiando de manera contundente a Rusia por haber invadido a Ucrania.
Eso significa que el país anfitrión solo quiere escuchar loas pro imperialista, que ningún Estado cuestione o ponga en duda a “la democracia modelo” estadounidense y que nadie hable sobre la batalla Trump-Biden alrededor de un sistema electoral caduco, envejecido y poco confiable. Y sin embargo, la gran excusa imperial para no invitar a Cuba, Nicaragua y Venezuela es que son países que no respetan a la democracia representativa, por lo tanto, al no ser democráticos, básicamente son las tres más feroces dictaduras que existen sobre el planeta tierra.
Uno se hace las siguientes preguntas: ¿Cómo va a explicar el imperialismo su altísimo apoyo al gobierno ucraniano, otorgándole hasta la fecha más 50 mil millones de dólares, tanto militar, como financieramente? ¿Con cuántos dólares están ayudando a los países de su autocalificado patio trasero? Allí tenemos el ejemplo de Haití, un país extremadamente pobre, que ojalá pudiera recibir una pequeña parte de lo recibido hasta ahora por Ucrania.
En el fondo, el plan del anfitrión imperial es hacer una reunión para las declaraciones unánimes, sin los ruidos causados por los gobiernos progresistas.
Politólogo