En estos últimos días para la realización de las megaelecciones del domingo 21 de noviembre del 2021 están apareciendo algunas tesis políticas, que en el campo electoral surgen como posibles alternativas a la formalidad del abanico de candidaturas que están debidamente inscritas en El Consejo Nacional Electoral, cumpliendo con todos los requisitos exigidos para poder ser aspirantes a los cargos de elección popular que están en juego, en la que las electoras y electores tienen la posibilidad cierta y concreta de seleccionar de manera libre y transparente a las candidatas y candidatos de sus preferencias, haciendo uso de un derecho político de rango constitucional que tienen las venezolanas y venezolanos, y que no solo eligen de manera libre, directa y universal, sino que tiene la importante particularidad de ser secreto, respetándose la voluntad soberana de que su voto no será cambiado por otro distinto al elegido.
Y ¿qué están diciendo esas perversas tesis políticas? Que hay que abstenerse o ir al centro de votación y votar nulo.
Lo primero que se debe resaltar es que en Venezuela el voto no es obligatorio desde el punto de vista constitucional, aunque el voto, al ser el derecho político más transcendental, en la que la persona actuando como votante puede elegir a quien quiera de los que aparecen en la oferta electoral y se convierte en una especie de deber ciudadano, involucrarse en tan vital actividad política y es la de elegir a sus gobernantes y tener el derecho de reclamar y exigir rendición de cuentas a los ganadores de las contiendas electorales.
Los que piden la abstención o el voto nulo deben saber, y en caso de que lo desconozcan, es que en la legislación electoral venezolana no dice nada sobre si existe algún impacto jurídico al darse un determinado porcentaje de no participación, o por un determinado número de votos nulos. En los sistemas electorales basta con que voten un 1% de la población electoral inscrita, para que sea suficiente para que sea reconocida como una elección legal, a pesar de que el 99% se haya abstenido o haya votado nulo.
La única forma de afectar a una votación es que nadie vote o todas y todos voten nulo, y eso es tan poco probable que la verdadera opción es votar.
Politólogo