Ante tal disparatada acción de Pedro el breve, se generaron algunas perturbadoras interrogantes: ¿cuál era el respaldo jurídico de esa autojuramentación? ¿por qué la primera decisión antijurídica fue eliminar la palabra “bolivariana” de nuestra Constitución? Nacional? ¿si eliminó todos los poderes, qué poder público iba a organizar las supuestas futuras elecciones?
Bajo todo ese panorama sombrío para la estructura jurídica constitucional de Venezuela, en la que debemos incluir el cómo quedaban las libertades y los derechos humanos de la población venezolana, no es difícil concluir de que estábamos en presencia de una clásica dictadura, en cuyos inicios se observó una feroz lucha en el reparto de los altos cargos burocráticos que iban acompañar al autojuramentado presidente de Venezuela, sin el nombre, claro está, de la “República Bolivariana”. Es así como salieron a flote las ambiciones y divisiones de una derecha política que daba una dura batalla por tener los mejores pedazos de una torta de facto.
Y en esas pocas horas en el poder, el autojuramentado y la derecha venezolana demostraron mucha incompetencia y una ambición desmedida que era pública y notoria. Se les pasó el tiempo negociando la nueva nómina, pues el día sábado, en la tarde, al percibir que estaban solos comenzaron a huir del Palacio de Miraflores.
Y casi 20 años después, vuelve a autojuramentarse, pero en la calle, otro personaje de la derecha, para seguir fracasando…
Politólogo
