Oscar Bravo
Cada vez que asisto a encuentros de reflexión política observo con mucha cautela cómo se ha convertido en un tema recurrente el extraño e incoherente comportamiento político del sector más radical de la oposición política “venezolana”, entre los que se encuentran los que aún reconocen al autoproclamado como el presidente interino, aunque cada día son menos las personas en una oposición que lo ve como el líder pero que ya se está quedando un poco sólo.
En paralelo, está sucediendo con la mayoría de los países que tienen gobiernos derechistas y que antes lo apoyaban de manera entusiasta, que ahora lo ven como a un líder que se apaga y están señalando que en Venezuela tiene que haber una negociación política entre todos los sectores con el gobierno. Además, están considerando la importancia de que participen el diputado vitalicio y la ultraderecha en las próximas megaelecciones del domingo 21 de noviembre de 2021.
Sin embargo, de manera insólitamente egoísta, este radical sector abstencionista y golpista no acepta para nada que el imperio estadounidense y la Unión Europea estén pensando en la posibilidad de llegar a ciertos acuerdos con su enemigo político existencial, es decir, con un gobierno chavista, que para ellos representa a la más feroz dictadura que hay en el planeta tierra a la que no hay que dejarle ningún respiro por ser un régimen sanguinario y comunista. Por lo tanto, no aceptan que se baje la presión internacional y más bien (en un acto de traición a la patria) piden más sanciones y bloqueos, sin importar los daños colaterales, ya que para los sectores más radicales y que supuestamente son venezolanos la prioridad es lograr una guerra civil o una intervención militar extranjera para desalojar del poder a Maduro sin importar la patria, ya que eso viene después.
Lo insólito es que el autoproclamado y su grupito andan muy molestos con el gobierno de Joe Biden, cuando decidió desbloquear y permitir que Venezuela pueda comprar los medicamentos e insumos necesarios para luchar contra la la pandemia del covid-19.
Pero los antipatriotas de la ultraderecha le dicen al imperio estadounidense: ¡para Venezuela nada!, ¡ni siquiera las vacunas!