23 de noviembre de 2024 7:36 AM

Oscar Bravo: Colombia: la verdadera tragedia continental

Es impresionante el caradurismo del cuasi presidente de Colombia, el señor Iván Duque, quien actuando como vocero principal del ex presidente Álvaro Uribe le está diciendo de manera dramática y alarmante al mundo decente y civilizado de la derecha internacional anticomunista lo peligroso que significaría para la paz continental las cosas que están ocurriendo en la mesa de diálogo que se está dando en tierras mexicanas.

Para éste aliado y fiel servidor del imperio estadounidense esos diálogos tendrán nefastas consecuencias, ya que implican la consolidación de “la dictadura chavista” con su exportación de “éxodo y miseria” por todo el continente americano, y por eso lo considera como “la tragedia continental”.

Hay preguntas que giran alrededor de tan temible y manipulada aseveración. ¿No será que la tragedia continental han sido los gobiernos derechistas y anticomunistas que lamentablemente ha tenido Colombia? ¿No es una tragedia continental autoconsiderarse “el Israel de Suramérica”? Y si Colombia es considerado el principal productor y exportador de drogas en el mundo, ¿No es una tragedia continental? El hecho de que Colombia tenga más de diez millones de personas que viven fuera de su país, ¿No es una tragedia para el continente? Cuando mercenarios colombianos asesinan al presidente de Haití, ¿No lo podemos considerar como una tragedia continental?

El colmo de la desfachatez es que el cuasi presidente Iván Duque no está de acuerdo con la mesa de diálogo entre las y los venezolanos, ya que para este personaje esto solo beneficia políticamente a Nicolás Maduro, al que considera su enemigo. Está claro que su odio es público y notorio en contra de Venezuela y en particular su antichavismo es bien radical. Es tanta su animadversión que al enterarse de que en la mesa de diálogo se estaba discutiendo sobre la recuperación de los activos de Venezuela en el exterior, inmediatamente activó los poderes públicos colombianos para confiscar a Monómeros, una empresa venezolana que ha sido saqueada por el autoproclamado y su grupo. Por lo visto a Duque no le importa traicionar a sus aliados.
Y la evidente intromisión en los asuntos internos de las y los venezolanos es una clara muestra del neofascismo colombiano.

Politólogo

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