En días pasados asistí a un encuentro convocado por Analítica, con los profesores John Magdaleno y Benigno Alarcón sobre el tema de la transición, en ocasión de las negociaciones que tienen lugar en México entre el gobierno y la alternativa democrática. En las ponencias se presentaron cifras de más de 100 casos estudiados en todo el mundo donde al menos en alrededor de 60% la salida fue producto de los acuerdos alcanzados. En la medida en que los regímenes autocráticos negocian garantías con los opositores y la comunidad internacional, el juego se destranca y la vía electoral termina expresándose contra quienes ejercen el poder de facto. Otras cifras de interés señalan que 22,55% de las transiciones provienen del colapso del régimen gobernante y tan solo 18,63% tienen su base en liberaciones externas. Es necesario explicar que en los casos de intervenciones foráneas, se tomaron en cuenta las que se produjeron a raíz de la Segunda Guerra Mundial y que tienen un ejemplo en la derrota de los nazis en Francia, Holanda y Bélgica. Los casos de colapso también llaman la atención y se expresan en la mayoría de los supuestos con el levantamiento de las Fuerzas Armadas nacionales que hastiadas de los gobernantes y divididas, derrocan a los usurpadores.
Una intervención foránea en Venezuela costaría ingentes recursos y los aliados que la acompañen tendrán que enfrentarse a potencias como Rusia y China, a las que alentarán Cuba, Nicaragua, Bielorrusia y otras cuantas dictaduras a nivel mundial. El caso de Siria de una guerra civil sangrienta ya lo conocemos. En otro orden de ideas está el tema de la insurrección militar interna. Es contradictorio que los que atacan las negociaciones también cuestionan toda salida castrense, denostando contra la institución armada. Recordemos en todo caso lo que sucedió en 1945 cuando apareció el ejército derrocando a un militar para apoyar a un civil llamado Rómulo Betancourt.
De cualquier manera, no hay duda de que en la gran mayoría de los casos, una vez que hay participación electoral masiva y la alternativa democrática se une, la soberanía popular provoca el cambio de régimen. Es muy difícil oponerse al voto popular especialmente cuando las diferencias son considerables, como sucedió por ejemplo con el caso de Chile y Pinochet. Por ello la importancia de negociar condiciones y garantías electorales. De unirse y participar unidos. La vía de México merece todo nuestro respeto y esperamos los frutos necesarios. La crisis humanitaria compleja no se puede prolongar más. Necesitamos también volver a la democracia.
En las encuestas también presentadas en dicho foro más de 80% del electorado manifiesta su esperanza en el revocatorio y esa misma proporción de votantes rechaza al régimen. Cualquier salida electoral negociada que se sostenga en el tiempo, con condiciones, transparencia y observación internacional es el fin del régimen. Sea por la vía del revocatorio, la Constituyente o la enmienda de la Constitución. La comunidad internacional tiene que exigir al régimen que cumpla lo acordado y no se vuelva a burlar como lo hizo en el pasado hasta de la propia Santa Sede. Es la hora de la esperanza y de entender que una salida electoral, sin derramamiento de sangre es lo que queremos. En poco tiempo volvería la prosperidad y la alegría para las grandes mayorías.