La Justicia Internacional Penal representada en el Convenios de Palermo [C.P.]contra de la Delincuencia Transnacional Organizada [Resolución 55/25 AG, 15/11/2000], significó un paso firme a la cooperación internacional contra todo grupo criminal, dirección, ayuda, incitación, facilitación o asesoramiento en aras de la comisión de un delito grave que entrañe la participación de mafias internacionales. Tanto se globaliza el crimen, como se organizan los cuerpos de inteligencia, prevención, fuerza, policiales, jueces y agencias especializadas para contener el crimen. No es un mito. Es realidad. Las mafias son capturadas. Y sus pillos delatan y visten de naranja…
No es poca cosa
El objetivo de la Convención contra la delincuencia organizada transnacional fue resumido por Koffi Annan S/G de NNUU: “Si la delincuencia atraviesa las fronteras, lo mismo ha de hacer la acción de la ley. Si el imperio de la ley se ve socavado no sólo en un país, sino en muchos países, quienes lo defienden no se pueden limitar a emplear únicamente medios y arbitrios nacionales. Si los enemigos del progreso y de los DDHH procuran servirse de la apertura y las posibilidades que brinda la mundialización para lograr sus fines, nosotros debemos servirnos de esos mismos factores para defender los DDHH y vencer a la delincuencia, la corrupción y la trata de personas”.
La Convención de Palermo ha sido aplicada por EEUU. El caso de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), denominado “FIFA GATE”, llevó en Nueva York a que 41 personas fuesen acusadas [2015] en conexión con investigaciones del FBI por fraude, crimen organizado y lavado de dinero. Se produjeron arrestos en Suiza y países de Sur y Centro América, con resultados sin precedentes.
La “conspiración narcoterrorista”, producción y tráfico de cocaína asumida por grupos criminales que controlan el poder político de facto bajo el alias de “socialismo del siglo XXI”, están en la lupa de estos tratados y protocolos, con varios extraditados, detenidos, testigos protegidos, delatores y el contador en marcha.
El C.P. suscrito en homenaje a los Jueces Italianos Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, asesinados por la mafia siciliana [la cossa nostra] encara un gigantesco monstruo de mil tentáculos. Se convirtió en el tratado de la lucha contra las mafias transnacionales que gestionan el tráfico drogas, armas, lavado de dinero, trata de seres humanos [niños, mujeres, migrantes]; prostitución, pornografía en Internet; compraventa de órganos humanos, terrorismo, corrupción y crímenes conexos. Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador el 17 y Bolivia ratificaron la C.P.
Estados unidos, Canadá y la justicia penal internacional
Si algo se respeta de EEUU es su sistema judicial. Anterior a los tiempos de Alexis de Tocqueville (La democracia en América, 1835-1840), la justicia norteamericana ha gozado de enorme prestigio y respetabilidad. Varias de las leyes penales concordantes con la C.P. son: i) International Emergency Economic Powers [“IEEPA”/Poderes de emergencia económica internacional]; Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act [Ley “RICO” Contra mafias y organizaciones corruptas de alcance extraterritorial]; iii Foreign Narcotics Kingpin Designation Act o “Kingpin Act” [Ley del Cabecillas Narcos], que dio origen a la Lista Clinton o Lista OFAC, herramienta administrativa y financiera que le permite al Departamento del Tesoro a través de su policía financiera (The Financial Crimes Enforcement Network “FINCEN”), apuntar personas y empresas de cualquier país sospechosas de lavar activos y mal uso del dólar; iv.- Foreign Corrupt Practices Act [“FCPA”/Ley de Practicas corruptas extranjeras] o ley anticorrupción y antisobornos transnacionales; v.- Global Magnitsky Human Rights Accountability Act [“Ley Global Magnitsky”], cuyo alcance planetario incluye hechos oprobiosos como la violación de DDHH, tortura, corrupción y confiscación ilegal de empresas. Este instrumento permite enlistar a personas en la Lista OFAC. Son varios los países que la han incorporado en su legislación interna en Europa y Canadá.
Canadá trabaja intensamente en la coordinación, cooperación y sanción del crimen internacional. En el caso venezolano, ha sancionado individuos involucrados con violación de DDHH, corrupción y capitales sucios.
Personajes que se creían intocables, poseedores de fortunas mil millonarias, atrincherados en mansiones; ataviados de lujos, aviones, relojes, establos y guardaespaldas, los dejan correr a caballo o en Ferraris, para terminar capturados, aportando información calificada que desmonta mitos revolucionarios…De “diplomáticos” a delatores. De presidentes a encadenados de manos y pies. De vida acaudalada a un correccional con celda compartida. No hay salvación. Dictadores, presidentes, ministros, generales, millonarios, marqueses de la paz o de cualquier rango, terminan atrapados en el vigor de Palermo, el mismo espíritu de justicia por el que dieron su vida Falcone y Borsellino.
Ese día está llegando…
No pudo Noriega con la causa justa. No pudo Omar Al Bashir dictador de Sudán, ni Hosni Mubarak caudillo de Egipto por 30 años, o Efraín Ríos Montt el hombre “fuerte de Guatemala” o Hissène Habré condenado por genocidio contra lugareños de Chad, con la justicia criminal internacional, sea Palermo contra el crimen organizado o la Corte Penal Internacional de La Haya. Pongas sus bardas en remojo. Como predijo Gallegos “Algún día será verdad. El progreso penetrará en la llanura y la barbarie retrocederá vencida” . Ese día está llegando. Y se les volteó la historia…que nunca ha sido suya.
@ovierablanco. Embajador designado de Venezuela en Canadá