La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los habitantes de Tonga, archipiélago de Oceanía que ha quedado incomunicado durante días por la erupción de un volcán, que permanezcan en sus viviendas y lleven mascarillas debido a las cenizas volcánicas aún presentes en aire.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
El portavoz de la OMS Christian Lindmaier también indicó que la erupción ha obligado a dejar sus casas a al menos 89 personas en las islas de Eua y Tonga-tapu, aunque Naciones Unidas no ha podido evaluar completamente los daños de la catástrofe ocurrida el 15 de enero.
Esta labor se ve dificultada por la imposibilidad de acceder por vía aérea al archipiélago y el corte de las telecomunicaciones por internet, por lo que se desconocen los daños que podrían haber sufrido los distritos más septentrionales de Tonga, Ha’apai y Vava’u, formados por decenas de pequeñas islas.
En Tonga-tapu, principal isla del país y donde se encuentra la capital Nuku’alofa, las instalaciones sanitarias continúan funcionando sin problemas y no se ha registrado un aumento en la atención a pacientes, indicó Lindmeier.
Las autoridades del país han confirmado la muerte de al menos dos personas, entre ellas una ciudadana británica, así como la destrucción de unas 50 viviendas y daños en otro centenar de ellas.
El país, como otros archipiélagos relativamente aislados de Oceanía, apenas se ha visto golpeado por la pandemia de covid-19, y el primer y hasta único caso confirmado de la enfermedad en el país se registró en octubre de 2021.
Tonga, conformada por 169 islas y con 105.000 habitantes, permanece cubierta por una densa capa de ceniza y con las costas arrasadas por el embate de las olas, según las imágenes aéreas tomadas este martes por los vuelos de reconocimiento.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) indicó que preocupa especialmente la situación del centenar de habitantes de las islas de Mango y Fonoi, prácticamente a ras del mar y desde las que se han emitido señales de auxilio.
La Cruz Roja calcula que unas 80.000 personas, o cuatro quintas partes de la población nacional, se han visto afectados por la catástrofe natural, mientras los expertos no descartan que se produzcan otros incidentes de actividad volcánica.
La erupción del volcán Hunga Tonga Hunga Ha’apai pudo escucharse a cientos de kilómetros de distancia y es una de las más violentas que se han registrado en los últimos treinta años en el planeta.