22 de noviembre de 2024 4:06 AM

Griselda Reyes: Ojalá y ocurra el milagro

A diario reviso con muchísima atención el acontecer nacional de nuestro país: política, economía y el tema social. Sigo de cerca lo que se hace público y lo que se omite, lo que genera controversia y lo que sigue ocurriendo debajo de la mesa. En paralelo, los diversos grupos de la vida pública nacional dan a conocer información sobre encuentros y desencuentros. Rezo, de aquí al 28 de julio, que ocurra el milagro.

Se muy bien que la política no es cuestión de fe, por ser producto de la creación humana. El panorama actual, cuando se publican estas líneas, parece lucir bastante desalentador para la mayoría de los venezolanos que anhelan un cambio.

Como siempre ocurre en los procesos electorales, hay venezolanos que se inquietan con el posible futuro, y hay analistas que comienzan a hacer proyecciones migratorias, en caso de que el oficialismo permanezca seis años más en Miraflores. Más de un tercio de la población que aún queda en el país, pone sus esperanzas más allá de las fronteras patrias, y todos sabemos que un día más sin cambio de modelo es una tragedia que no nos merecemos.

Espero, al igual que una parte de la población, que ocurra el milagro. ¿Por qué hablo de milagro? No me refugio en un hecho extraordinario, sobrenatural. De la lectura del mapa país se hace evidente que los venezolanos quieren votar. Encuestas, desde Datánalisis hasta Hinterlaces, pasando por varias más; señalan que más de 70% tiene intención de acudir a las urnas el 28 de julio. Es una declaración fuerte, no frecuente, en la que un alto índice, tomando en cuenta la coyuntura país, señala su disposición a votar. Y más allá, hacia un potencial cambio.

Estos estudios de opinión hacen mención al altísimo rechazo con que cuenta el candidato presidente de la República, quien aspira por segunda vez a la reelección. Los venezolanos parecen apuntar a la no continuidad del modelo promovido por quienes insisten en permanecer en Miraflores.

Pues bien, si la gente no quiere nada con la abstención y no quiere más de lo mismo en Miraflores, ni del modelo que por 25 años ha arruinado al país, ¿Qué nos falta?: ¡Que haya una opción real de Gobierno!.

Respeto el legítimo derecho personal a aspirar a la máxima magistratura ejecutiva nacional que tienen los 12 venezolanos que han puesto su nombre a la disposición voluntaria de elegir que tenemos los venezolanos. Pero, ¿estamos haciendo lo posible para aspirar al primer lugar, o realmente se aspira a llegar a un pésimo segundo lugar?

Venezuela no quiere nuevos líderes y partidos de oposición con un saco de votos. El país necesita -y con urgencia- un presidente que reinstitucionalice la República.

Venezuela no necesita que regresen las sanciones (riesgo por cierto que se corre este 18 de abril). Necesita un país próspero, con inversión nacional y extranjera propia de la nueva era de la globalización. Esto solo será posible con las garantías que pueda traer consigo un nuevo Gobierno legítimo, con el aval de la mayoría sólida de nuestro país.

La intención de estas líneas no es llamar a nadie a abandonar su candidatura, eso queda en la conciencia individual de los electores. Lo que se procura es una campanada, para que todos entendamos que sin 2024, no habrá 2025. El momento es ahora. Sensatez y cordura, para que ocurra el milagro.

Griselda Reyes
@griseldareyesq
griseldareyes@gmail.com
www.griseldareyes.com

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