Octavio Orta: Al sentarse la oposición con el Gobierno, están reconociendo la institucionalidad que habían desconocido

Entre Caracas y el llano. Así se pasan los días de Octavio Reynaldo Orta González, actual diputado a la Asamblea Nacional (AN), nacido en Caracas y llevado a los ochos días a Palenque, un caserío perdido en los sabanales del municipio Francisco de Miranda (Calabozo) por donde un día pasó el autobús que llevaba un montón de estudiantes detenidos en la capital por la policía de Juan Vicente Gómez, según el relato de Miguel Otero Silva en Casas Muertas. Eran de la llamada “Generación del 28”, aquel movimiento estudiantil que se enfrentó a Gómez y del cual formaron parte Rodolfo Quintero, Miguel Acosta Saignes, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y el mismo Otero Silva. 

Por: El Espectador de Caracas con información de Últimas Noticias

Precisamente la novela Casas Muertas transcurre en Ortiz y otros pueblos vecinos del noreste de Guárico víctimas de aquellas enfermedades mortales que arruinaron su vida. Y justamente Orta González tiene un pedazo de tierra en uno de esos poblados. Parapara, vecino de Ortiz y San Juan de los Morros. “No es Parapara de Ortiz; es Parapara, son dos pueblos distintos”, aclaró Octavio, de una estirpe llanera que le viene de su madre, nacida en San José de Guaribe, y del padre, oriundo de Las Mercedes del Llano. “Aquí sembramos cereales, criamos ganado y hacemos queso”, apunta Orta aludiendo a su actividad agrícola y pecuaria en ese pueblo llanero donde nació Jacinta Pareja, la esposa de Joaquín Crespo, quien fuera presidente de Venezuela en dos ocasiones.  

Orta González, abogado, profesor universitario y esposo de la Miss Mundo 2011 Ivian Sarcos, también está compitiendo por la gobernación de Guárico por la oposición. Llegó a la AN como parte de esa oposición que se deslindó de la vía violenta para acceder al poder. Y ahora, ese bloque que ensayó varias veces el camino de las guarimbas con calles bloqueadas, morteros artesanales, Molotov y con un diputado autoproclamado “presidente interino”, está sentada en una mesa de diálogo instalada en México, cuyos primeros acuerdos se dieron a conocer este 6 de septiembre. Un día después de ese acontecimiento, Orta González nos recibe en su despacho, situado en un centro comercial del municipio Chacao (Miranda), donde respondió todas las preguntas interrumpidas algunas veces por las llamadas del dirigente guariqueño Héctor Cedillo o del rector Enrique Márquez. 

—Ayer se anunciaron dos acuerdos suscritos entre el Gobierno del presidente Nicolás Maduro y un sector de la oposición, relacionados con la defensa del territorio Esequibo y la intención de recuperar los activos venezolanos depositados en bancos extranjeros. ¿Cómo analiza usted ese evento político?

—Esos son los dos acuerdos a los que se llegaron formalmente, pero hay un acuerdo implícito que es el reconocimiento de las partes. Creo que al sentarse la oposición con el Gobierno, están reconociendo la institucionalidad que habían desconocido. Eso no está en el documento, pero están reconociendo que existe un Gobierno y una Asamblea Nacional. Por ejemplo, Jorge Rodríguez está firmando el documento como presidente de la AN; eso es importante porque es como un camino a la reinstitucionalización del país. En cuanto a lo que se logró, el tema del Esequibo, creo que es un tema bien complejo que ha tenido demasiado tiempo sobre la mesa y que no tiene un acuerdo inmediato. No menosprecio para nada el tema del Esequibo, pero creo que eso es mucho más largo de resolver. Defender el Esequibo es deber de todos los venezolanos, no había que hacer un acuerdo para eso. Eso tiene que estar implícito.

—Ese reconocimiento mutuo Gobierno-oposición, ¿qué impacto puede tener en las venideras elecciones?

—Yo espero que esta oposición que no había entrado en el camino electoral para hacer los cambios políticos en el país, sea lo suficientemente racional y no vengan a impactar los espacios que ya están logrados. Hay espacios tanto locales como regionales que se pueden conquistar. El hecho de que quieran participar en las elecciones, esa participación debe ser para lograr desplazar a un Gobierno que ya reconocieron. No para ser un tercero que los logre atornillar en el poder. 

—¿Ese temor tiene base?

—Sí. Lo hemos conversado tanto aquí como personas que están fuera del país. En ese sector opositor hay gente muy racional y estoy seguro que su intención es participar donde tengamos las posibilidades de ganar y exista un liderazgo creado el cual no podemos entorpecerlo. 

—¿Eso significará la revisión de algunas candidaturas opositoras?

—Sí, por supuesto. Eso implicaría esa revisión. Claro que sí. 

—¿Se ha hablado de algún método para esa la revisión?

—Creo que con la premura, porque quedan 72 días para las elecciones, el método tiene que ser el consenso y la racionalidad porque no hay tiempo de hacer primarias. Y las encuestas, ya vemos el resultado en Miranda: son relativas o son absolutas. En ese caso creo que en lugar de solucionar el problema, más bien lo vinieron a entorpecer. Yo llamo a que la racionalidad política prive sobre los intereses personales.

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