Omar Ávila: Nuestra arma es el voto

Gracias a la abstención en el año 2005 el gobierno nacional se apoderó de la Asamblea Nacional; luego, en 2017, no solo se quedaron con la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, sino que lograron imponer una “constituyente” que al final resultó un fiasco político. De la misma manera, en 2018, Nicolás Maduro pudo asegurar otros 6 años en el poder; y más recientemente (2020) se pudo quedar con 90% de los escaños del Poder Legislativo.

El Nacional / dip.omaravila@gmail.com

Es propicia la ocasión para recordar que todos esos movimientos o llamados a “La Salida” fracasaron, que las victorias de quienes nos oponemos a este gobierno han sido –sin excepción- electorales, como se registró en 2007 ganando el “NO” a la reforma constitucional planteada por el expresidente Hugo Chávez; en 2015, la elección a la Asamblea Nacional logró en Unidad las dos terceras partes del Parlamento y ahora en el propio feudo de los Chávez (Barinas). No queda la menor duda, con votos sí se puede salir del gobierno.

Hace falta unificarnos, recuperar la confianza de la gente a través de la honestidad y de la sensatez al momento de hacer política. En lo particular y desde Unidad Visión Venezuela siempre lo hemos hecho: ratificamos que la ruta es electoral y que el voto es nuestro instrumento de cambio, la única arma con la que contamos los demócratas.

Aprender a administrar bien las victorias, reflexionar y asimilar las derrotas, dejar el inmediatismo a un lado, el todo o nada, de creer en salidas mágicas y organizarnos para el 2024, cuando tendremos una cita ineludible para la democracia y una verdadera oportunidad de oro para que podamos tener un nuevo amanecer para nuestra Venezuela.

Habrá quienes vuelvan con el mismo cuento que el 2024 está demasiado lejos, que el país no aguanta dos años más, tal cual lo hicieron en el año 2016 afirmando que no podíamos esperar hasta el 2018 desatándose los demonios y prometer que en 6 meses se saldría de Maduro. Ya han pasado 4 años, por lo que urge que entiendan que nuestra prioridad es concertar, unirnos -y repito- organizarnos para en 2024 lograr ese cambio que anhela 80% de los venezolanos, de lo contrario, la realidad es que 2030 está mucho más lejos.

Definitivamente, nos toca a todos ver el ejemplo de Barinas, donde se asumieron las responsabilidades con altura y sindéresis. Por un lado, la dirección política la asumió al unirse y organizarse; por otro lado, la ciudadanía también al salir a ejercer su voto, quedando demostrado que si votamos organizados no hay ventajismo que valga.

Debemos elevar nuestro sentido de eficacia política. Convencernos de que nuestro rival es derrotable y que está de nuestra parte defender los resultados. Es obligatorio organizarnos alrededor de nuestra única arma: el voto.

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