El tan ansiado restablecimiento oficial de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos no se va a concretar este año.
Aunque todo apuntaba a que la apertura de la embajada en Caracas podría hacerse este año y de los consulados se concretaría a más tardar en julio o agosto del 2024, esto no ha sido posible nos informan nuestras fuentes, tanto en Caracas como en EE.UU.
Es más, sabemos que el consulado y visas pueden tardar hasta finales del 2024 o inicios del 25.
Ello conlleva al retraso también en el intercambio comercial y en los vuelos directos, a pesar, incluso, de que algunos lo anunciaron hace algunos meses para estos días.
Presiones
Lo que está retrasando todos estos planes de apertura que son necesarios y convenientes para ambos países, se debe a las presiones republicanas sobre el presidente Joe Biden, a quien le piden que exija más de Maduro.
Obviamente, seguirán las flexibilizaciones, en lo que respecta a las sanciones, sobre empresas petroleras y otros temas.
Incluso, se prevé la llegada de más misiones de alto nivel, para conversar sobre temas relevantes que siguen pendientes y que no se terminan de concretar.
Además, hay negociaciones en diversas áreas, que no van a dejar de sorprender, pero que son parte de esas alternativas que subterráneamente conversan ambos países.
Esto nos lleva a afirmar que indudablemente, las delegaciones de ambos países están en comunicación, aunque de bajo perfil o indirectamente.
Negociar y no confrontar
Desde Washington recibimos Información acerca de que va a seguir la política del presidente Biden de no confrontar con Maduro sino negociar acerca de diversos temas, porque ha visto que le ha dado resultado este método a diferencia del expresidente Donald Trump.
La idea del presidente de EE.UU. es que Venezuela regrese a organismos de integración regionales y que estas instituciones sean las que presionen para el cumplimiento de normas o reglas acerca de DD.HH. y derechos políticos, que no se pueden imponer a la fuerza, como quiso hacer la también la administración de Trump.
Un ejemplo de esto es lo que acaba de ocurrir en Brasil, donde el presidente Lula tuvo un rol relevante al pedir que Venezuela regrese a instancias como la Unasur y otros mecanismos de integración de los que ha salido.
Pero, además, el mandatario Biden sabe que está en juego el negocio petrolero y por ello no confronta, aunque para los medios y la opinión pública sus funcionarios sigan manteniendo un lenguaje doble y fuerte.
Lo mismo pasa con el presidente Maduro y sus funcionarios, sobre todo para mantener calmados a los miembros radicales de sus tendencias.
Maduro también está consciente de que debe seguir exigiendo la eliminación de las sanciones y el envío de petróleo a Estados Unidos.
La reelección de Joe Biden en la presidente de EE.UU. es importante para Venezuela, así como lo es para ese país el diálogo y que se den las elecciones presidenciales del 2024 en Venezuela.
Así que habrá que esperar por esa apertura formal y seguir viendo cómo se desarrollan los acontecimientos.
@tomassociasoficial
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