Niños con obesidad mejoran densidad ósea en 5 meses de ejercicio

Con tan solo cinco meses de ejercicio los niños con obesidad pueden mejorar su densidad mineral ósea. Así lo demuestra un reciente estudio realizado por el catedrático de la Universidad de Granada, Francisco B. Ortega, en colaboración con la Universidad Loyola.

La investigación enmarcada dentro de un proyecto llamado ActiveBrains fue publicada en la prestigiosa revista “Journal of Science and Medicine in Sport” y  presentada  a principios del mes de junio en la reunión anual del American College of Sports Medicine (ACSM) en la ciudad de Boston .

El estudio Active Brains examinó los efectos de un programa de ejercicio físico de cuatro meses y medio de duración sobre la función cognitiva y el cerebro, así como la salud física y mental de niños de entre 8 y 11 años con sobrepeso u obesidad. Un total de 110 niños y niñas se distribuyeron de forma aleatoria entre un grupo de ejercicio y un grupo control. La intervención se realizó a través de sesiones diarias después del colegio impartidas de lunes a viernes y con una duración de 90 minutos cada una.

Como explica el catedrático del departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad de Granada, Francisco B. Ortega, “uno de los resultados más interesantes es que este programa de ejercicio, sin estar pensado específicamente para mejorar los huesos, ha logrado ganancias óseas significativas en las piernas y el cuerpo entero”.

Por su parte, el investigador y profesor del departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Loyola, , José J. Gil Cosano, primer autor del estudio y encargado de su presentación en el evento de Boston bajo el título “Impact of an exercise intervencion on the inflamatoria profile in children with Overweigh/Obesity: Active Brains Study” apunta que “desde el punto de vista clínico las ganancias óseas observadas después del programa de ejercicio podrían reducir en un 12% el riesgo futuro de fractura en esta población”.

Los responsables del proyecto explican que las actividades que implican sprints, cambios de dirección y saltos son beneficiosas para el desarrollo esquelético durante el crecimiento. Como sostiene, Luis Gracia Marco, otro de los investigadores que participó en el estudio, “aunque este programa de ejercicio no se diseñó pensando en la salud ósea, la mayoría de los juegos y ejercicios propuestos durante los casi cinco meses de entrenamiento reunían estas características”.

Con información de Serpadres.com

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