Kylian Mbappé, el jugador con el que sueña el madridismo, se convirtió en su pesadilla en los octavos de final de la Liga de Campeones y colocó al París Saint-Germain en una situación favorable para avanzar a cuartos.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
Su gol en el descuento fue el colofón de un recital en el que trajo a maltraer a la defensa del Real Madrid, que se salvó de una peor suerte gracias al acierto de Thibaut Courtois, que firmó varias paradas, incluido un penalti a Leo Messi provocado por Mbappé.
El francés, que no ha renovado su contrato con el PSG y que muchos sitúan ya en el Madrid, demostró que la cabeza sigue en su actual equipo y que su determinación es ganar la Liga de Campeones con los franceses.
Hasta 22 remates firmó el París Saint-Germain que buscó más salir con ventaja del primer envite entre dos de los más grandes equipos del continente.
El Madrid estaba a la merced de un PSG que, contrario a su costumbre contra rivales grandes, llevó el peso del duelo, aunque solo con la cuchilla de Mbappe pudo hacer sangre en la zaga blanca.
Los de Ancelotti aguantaron, lo que no era una mala noticia sabiendo que el veredicto se dictará en tres semanas en el Bernabéu. Lo empeoró la amarilla que vio Casemiro por una entrada a Verratti, que le impedirá jugar en la vuelta, por lo que el Madrid pierde a una de sus piezas maestras en el centro del campo.