La materia gris es el tejido que procesa la información en el cerebro y contiene todas las neuronas de este órgano. El desarrollo del cerebro continúa hasta la edad adulta, sin embargo, la materia gris alcanza su punto álgido de crecimiento antes de la adolescencia y una nueva investigación ha revelado que un volumen bajo de materia gris en el lado izquierdo de la corteza prefrontal ventromedial puede ser un «biomarcador hereditario» para la adicción a la nicotina y que los niveles de materia gris en ambos lados del cerebro pueden estar vinculados al deseo de empezar a fumar durante la adolescencia y a la adicción a la nicotina.
El estudio ha sido realizado por científicos, liderado por las universidades de Cambridge y Warwick en el Reino Unido y la Universidad de Fudan en China, que analizaron imágenes cerebrales y datos sobre el comportamiento de 807 jóvenes a las edades de 14, 19 y 23 años y descubrieron que, en promedio, los adolescentes que comenzaron a fumar a los 14 años tenían una cantidad significativamente menor de materia gris en una sección del lóbulo frontal izquierdo que interviene en la toma de decisiones y la desobediencia a las normas.
Los investigadores encontraron además que la parte derecha opuesta de la misma región del cerebro también tenía menos materia gris en los fumadores. Es importante destacar que la pérdida de materia gris en la corteza prefrontal derecha parece acelerarse solo después de que alguien ha comenzado a fumar. Esta región está ligada a la búsqueda de sensaciones. El estudio utilizó datos del proyecto IMAGEN en cuatro países europeos –Reino Unido, Alemania, Francia e Irlanda– y se ha publicado en Nature Communications.
Falta de materia gris puede provocar desinhibición e impulsividad
En opinión de los autores del trabajo el hecho de tener menos materia gris en el cerebro anterior izquierdo podría disminuir la función cognitiva y conducir a la «desinhibición», un comportamiento impulsivo que desobedece las reglas y surge de una capacidad limitada para considerar las consecuencias que tienen nuestros actos, lo que puede aumentar las posibilidades de empezar a fumar a una edad temprana.
«Menos materia gris en esta región del cerebro puede limitar la función cognitiva, lo que lleva a un menor autocontrol y a una propensión a conductas de riesgo, como fumar».
Una vez que se arraiga el hábito de la nicotina, la materia gris en el lóbulo frontal derecho se encoge, lo que puede debilitar el control sobre el tabaquismo al afectar la «motivación hedónica»: la forma en que se busca y maneja el placer. La pérdida excesiva de materia gris en el lado derecho del cerebro también se relacionó con los atracones de bebida y el consumo de marihuana.
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