Usar mascarilla se ha convertido en la “nueva normalidad”. Pero aunque el uso del cubrebocas ahora puede ser normal, no es nuevo
Por el Espectador de Caracas con información de El Nacional
Una vez estuvieron limitadas a ladrones de bancos, excéntricas estrellas del pop y turistas japoneses conscientes de la salud. Pero ahora el uso de mascarillas faciales en público es tan común que se le ha apodado “la nueva normalidad”.
Puede que sea normal, pero no es nuevo.
Desde la peste negra hasta el esmog sofocante, la contaminación del tráfico y la amenaza de ataques con gas, los londinenses han usado tapabocas durante los últimos 500 años.
Aunque las mascarillas más antiguas se utilizaron para disfrazarse, ponerse una mascarilla protectora se remonta al menos al siglo VI a.C.
En las puertas de las tumbas persas se encontraron imágenes de personas con telas sobre la boca.
Según Marco Polo, los sirvientes de la China del siglo XIII se cubrían la cara con bufandas tejidas. La idea era que el emperador no quería que su aliento afectara el olor y sabor de su comida.
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