Mario Díaz-Balart: un oscuro sueño cubanoamericano

El portal Axios en el reportaje titulado Cómo los «cubanos locos» del Congreso presionaron a Trump para que cancelara el acuerdo petrolero, relata los intríngulis de las deliberaciones para revocar la LG41  y sustituirla por la LG41B.

Los factores recurrentes en todo este tinglado de agresiones multiformes han sido en lo interno un segmento importante de la oposición que representa y defiende los intereses de las burguesías comerciales, industriales y financieras. Los hijos de esa burguesía son quienes han asumido el rol protagónico en la asfixia económica contra la población que hoy escala a dimensiones planetarias, Peter Navarro mediante, con la estrategia de la Casa Blanca de la guerra comercial de Donald Trump.

El otro factor es el lobby de los congresistas del partido republicano de origen cubano que lidera el actual secretario de Estado, Marco Rubio. Al clan de Rubio se le suman una serie de lugartenientes que actúan en varios estratos en defensa de los negocios del Estado Profundo. Esa banda es conocida como “Los crazy cubans” (Los cubanos locos en inglés).

El nombre original se lo debemos al también congresista republicano Mike Johnson, actual presidente de la Cámara de Representantes, quien se refirió a María Elvira Salazar, Mario Díaz Balart y Carlos Giménez, como  “Los tres cubanos locos” en una reunión de captación de fondos para ese partido, celebrada en una mansión del millonario Iván Herrera, empresario del sector de seguros.

Dos apellidos contrapuestos en familia

Fidel Castro sufrió, a lo largo de su vida, un total de 638 atentados de diversa índole. Así lo registran elLibro de Récords Guinness y con seguridad, los archivos de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA). El Comandante Castro pudo sortear los intentos multiformes de matarlo para acabar con la Revolución Cubana, pero no pudo eludir tener en su familia política a un operador consecuente en la promoción del bloqueo criminal a la isla.

Mario Díaz-Balart es sobrino político de Fidel. Su padre era hermano de Mirta Díaz-Balart quien fuera la primera esposa del Comandante y la madre de Fidel Ángel Castro Díaz-Balart, hijo mayor del líder cubano y primo hermano de Mario. La familia Díaz-Balart tiene una dilatada historia de conexiones con los intereses estadounidenses en Cuba. En la época de la dictadura de Fulgencio Batista, el padre de Mario, Rafael Lincoln Díaz-Balart, fue un funcionario de alto nivel en la entonces Cámara de Representantes —obsérvese la similitud con el legislativo estadounidense— entre 1954 y 1958. También fue viceministro del Interior, aparato de represor del dictador Fulgencio Batista.

La Cuba de Batista

En los años 50, la mafia estadounidense tuvo un papel significativo en Cuba, especialmente en La Habana, que se convirtió en un centro de entretenimiento con clubes nocturnos y casinos. Figuras notables de la mafia como Sam Giancana, Frank Costello, Lucky Luciano, Bugsy Siegel y Meyer Lansky frecuentaban la ciudad. Estos mafiosos tenían vínculos cercanos con el régimen de Fulgencio Batista, quien permitía sus operaciones a cambio de sobornos y apoyo político.

La mafia controlaba gran parte de la industria del juego y el entretenimiento en la isla. Los casinos, como los del Hotel Nacional y el Capri, eran gestionados por mafiosos que también tenían influencia en la política local. La corrupción era prevalente, y los altos funcionarios del gobierno, incluido el jefe de la policía, cobraban impuestos de protección a los casinos.

Mi papá el terrorista

Díaz-Balart padre huye a Europa en diciembre del 58 y en enero del 1959 llega a Nueva York. Desde esa allí y con el beneplácito del gobierno de Dwight D. Eisenhower, comienza a operar con otros esbirros y torturadores del gobierno de Batista quienes también habían salido de la isla antes de la Revolución Cubana. Díaz-Balart tiene en su prontuario el ser el fundador del primer grupo terrorista contrarrevolucionario: La Rosa Blanca. Las primeras acciones de este grupo liderado por Díaz-Balart fueron, la intervención militar y la aplicación de sanciones a Cuba. 

La Rosa Blanca fue responsable de una serie de actos violentos y ataques terroristas contra Cuba durante la década de 1960. Entre sus acciones más notorias se encuentran los incendios de las tiendas La Época y El Encanto, emblemáticos centros comerciales de La Habana. Estos ataques no solo causaron pérdidas materiales significativas, sino que también buscaron sembrar el terror entre la población civil.

Además de su participación directa en estos actos, los miembros de La Rosa Blanca fueron intensamente utilizadoscomo informantes por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, particularmente la CIA. Esta colaboración permitió a las agencias norteamericanas obtener información estratégica sobre Cuba y coordinar acciones encubiertas contra el gobierno y el pueblo cubano.

Rafael Lincoln Díaz-Balart siguió conspirando desde Miami hasta el momento de su muerte en 2005, pero dejó un legado perverso en su descendiente Mario Díaz-Balart quien ha sido objeto de debate y análisis por la conexión familiar con La Rosa Blanca. Se ha sugerido que algunos miembros de la organización mantuvieron vínculos con políticos cubanoamericanos que apoyaban acciones violentas contra el gobierno cubano. Estos lazos reflejan el papel de ciertos sectores de la diáspora cubana en la promoción de actividades contra el pueblo de Cuba y recientemente contra Nicaragua, Bolivia y Venezuela.

Mario Rafael Díaz-Balart y Caballero

Nació el 25 de septiembre de 1961 en Fort Lauderdale, Florida, es un congresista estadounidense en la Cámara de Representantes del Partido Republicano. Desde 2003 y hasta el 2010 ha representado consecutivamente al 25º distrito de Florida en la Cámara de Representantes. Entre 2011 y 2013 representó al distrito 21º del mismo estado.

Díaz-Balart ha sido un obstinado impulsor del embargo económico contra Cuba. En 2007, impulsó una propuesta para condicionar la salida de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, exigiendo que el gobierno cubano libere a supuestos presos políticos y llame a elecciones libres y justas.

En 2019, participó en una delegación mediática que visitó Cúcuta, Colombia, en el marco de la tensión entre Estados Unidos y Venezuela. Esta visita formó parte de los esfuerzos para entregar una supuesta «ayuda humanitaria» a Venezuela, en lo que fue un intento de golpe de estado contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Las manos que mecen la cuna

Mario Díaz-Balart, ha recibido apoyo de diversos grupos de interés y lobbies a lo largo de su carrera política. Estos grupos suelen financiar campañas y promover agendas legislativas alineadas con sus intereses.

Algunos de los principales lobbies y sectores que lo han apoyado son:

El sector energético constituido por empresas y organizaciones relacionadas con la industria energética, incluyendo petroleras y gasíferas, han sido donantes significativos de Díaz-Balart. Estos grupos suelen apoyar legislación favorable a la exploración y explotación de recursos naturales, así como a la reducción de regulaciones ambientales.. Entre las empresas relacionadas con el apoyo a su carrera política está la ExxonMobil, hoy explotando ilegalmente  petróleo en agua no delimitadas entre Venezuela y Guayana.

Lobbies vinculados a la industria farmacéutica y de seguros médicos también han contribuido a sus campañas. La gestión que les asegura Díaz-Balart es la promoción de políticas que beneficien a estas industrias, como la reducción de controles de precios o la expansión de programas de seguros privados. Algunas de las empresas que lo financian son Pfizer, Johnson & Johnson y UnitedHealth Group.

También son frecuentes las gestiones de Díaz-Balart para Human Rights Foundation, la organización que maneja Thor Halvorssen,  primo del prófugo Leopoldo López.

Acciones de Mario Díaz-Balart contra Venezuela

 1. Sanciones Económicas y Políticas

  • Díaz-Balart ha apoyado la imposición de sanciones contra funcionarios del gobierno venezolano y entidades relacionadas con el gobierno del presidente Maduro. Estas sanciones buscan aislar económicamente al gobierno y presionar cambios por esa vía.
  • Ha respaldado leyes como la Ley para la Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil en Venezuela, un parapeto que amplía las sanciones a individuos y organizaciones sobre la base de supuestas violaciones de derechos humanos y corrupción.

2. Reconocimiento de Juan Guaidó

  • Díaz-Balart fue un defensor activo del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, en línea con la política exterior de Estados Unidos en el primer gobierno de Donald Trump.
  • Promovió iniciativas para fortalecer el apoyo internacional a Guaidó y su gobierno interino, incluyendo la coordinación con aliados regionales y globales.

3. Apoyo a la Oposición Venezolana

  • Ha abogado por el respaldo financiero y político a los grupos de oposición  violenta venezolana, bajo la máscara de la entrega de ayuda humanitaria y recursos para fortalecer su capacidad organizativa.
  • También ha promovido programas de asistencia para líderes opositores que se encuentran evadidos de la justicia venezolana con la excusa de ser perseguidos políticos.

4. Presión Internacional y Diplomática

  • Díaz-Balart ha trabajado para coordinar esfuerzos con aliados internacionales, como la Unión Europea y países latinoamericanos, para aumentar la presión diplomática sobre el gobierno venezolano.
  • Ha impulsado resoluciones en el Congreso de Estados Unidos que condenan supuestas violaciones de derechos humanos en Venezuela y exigen elecciones libres y justas.

5. Protección a los Venezolanos en el Exterior

  • Ha promovido iniciativas para proteger a los venezolanos que han salido del país debido a la crisis  generada por las sanciones estadounidenses, incluyendo la ampliación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los venezolanos en Estados Unidos, una promesa que ya fue bloqueada por la administración Trump.
  • También ha abogado por la asignación de recursos adicionales para atender las necesidades de los refugiados venezolanos en la región. Dichos recursos no aparecen en ninguna rendición de cuentas y sus beneficiarios podrían encontrarse entre los líderes de la oposición violenta quienes han sido señalados de recibir ese dinero vía USAID.

El otro lugarteniente

Mario Díaz-Balart representa un caso paradigmático de cómo el «oscuro sueño cubanoamericano» ha influido en la política exterior de Estados Unidos, especialmente hacia Cuba y Venezuela, pero también hacia otros países de América Latina. Su trayectoria, marcada por un firme apoyo al embargo contra Cuba y su participación en acciones de presión contra Venezuela, refleja una agenda alineada con los intereses de sectores conservadores y corporativos estadounidenses. Su conexión familiar con la historia política cubana, desde la época de Batista hasta su papel en la promoción de sanciones y acciones desestabilizadoras, lo convierte en una figura clave en la estrategia de guerra económica y presión diplomática que Estados Unidos ha ejercido en la región.

VTV/LM/DS/DB/

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