Personal sanitario se unió este martes a profesores y estudiantes universitarios para protagonizar una «marcha blanca» en Buenos Aires en protesta contra el ajuste del Gobierno de Javier Milei a la salud y la educación públicas.
Médicos y enfermeros de bata blanca, docentes y alumnos confluyeron en la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino, para reclamar por los insuficientes fondos para el funcionamiento de hospitales y universidades públicas, los bajos salarios y los despidos en el sector de la salud.
Los manifestantes pudieron expresar su protesta en forma directa a Milei cuando el mandatario se asomó por uno de los balcones de la Casa Rosada para saludar por su cumpleaños y volvió de inmediato al interior al escuchar los abucheos y los cánticos en su contra.
«Estamos congregados buena parte de la comunidad universitaria del país y también trabajadores del campo de la salud, igualmente hostigados por la política brutal de ajuste sin precedentes en Argentina por parte del Gobierno», dijo a EFE Eduardo Rinesi, investigador y docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Los reclamos en el sector de la educación se iniciaron a principios de este año, cuando el Ejecutivo de Milei puso en marcha severos recortes de gastos en términos reales con el objetivo de recuperar el equilibrio en las cuentas públicas.
Pero el conflicto se agudizado en las últimas semanas, luego de que Milei vetara una ley que buscaba garantizar mayores recursos para las universidades públicas.
Sucesivas marchas y huelgas, la última este mismo martes, y tomas de facultades en todo el país dan cuenta de este conflicto, en el que el Ejecutivo se mantiene intransigente.
«Es un Gobierno de un fundamentalismo de mercado que sostiene su destrucción de políticas en una fetichista creencia en los equilibrios fiscales, en el ‘déficit cero’ y en otra serie de barbaridades que nos han llevado hoy a una situación desesperante», aseveró Rinesi.
En el sector sanitario, también afectado por los ajustes, la crisis se ha hecho sentir con despidos, salarios paupérrimos, el temor de cierres de hospitales y una demanda creciente de atención por parte de amplios sectores de la población sin recursos para acceder a servicios sanitarios privados.
«La situación de la salud pública, que es la única a la que puede recurrir una parte masiva de la población, y la situación de la educación superior pública es catastrófica», sostuvo Rinesi.
Este martes, personal sanitario de algunos hospitales públicos nacionales también hizo huelga y salió a la calle para unir fuerzas con los universitarios.
«Venimos a reclamar por la desfinanciación de la salud pública. Bajo la excusa de una reestructuración, se cierran servicios y se reducen los salarios de los profesionales», señaló a EFE Gonzalo Lores Arnaiz, médico del área de Psiquiatría del Hospital Pedro de Elizalde.
El profesional detalló que hay médicos residentes que trabajan hasta 90 horas semanales en un hospital y cuyos salarios no alcanzan «ni para pagar un alquiler».
«Nos unimos al reclamo de las universidades porque consideramos que la salud y la educación pública deberían ser prioridades para el Estado, lejos de lo que está haciendo el Gobierno», apuntó el médico.
Con información de EFE
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