Manicura semipermanente: qué hacer y qué no hacer para cuidar tus uñas

La manicura con esmalte semipermanente se ha convertido en una de las más demandadas debido a sus ventajas; tiene un mejor acabado y suele durar más que la tradicional. Sin embargo, hay algunos errores que pueden derivar en una mala aplicación y hasta problemas en las uñas. 

Desde la preparación de las uñas, pasando por los materiales inadecuados y el tipo de secado, hay varias cuestiones que hay que atender si lo que se busca es lograr unas uñas impecables, hermosas y estéticas. En el siguiente espacio te contamos cuáles son esas cosas que debes corregir para sacarle provecho a esta técnica.

1. Preparación de la uña

Una de las características del esmalte semipermanente es que dura alrededor de dos o tres semanas en perfecto estado. No obstante, para que ocurra de esta manera, la preparación de la uña es esencial. Saltarse este paso es un error que afecta tanto la duración como el acabado de la manicura.

Por supuesto, no reviste mayor complejidad y es similar a lo que se hace con el arreglo de uñas tradicional; se empieza por desinfectar y lavar bien las uñas, para posteriormente empujar las cutículas, cortar los pequeños restos de piel y limar en la forma deseada.

2. Productos de mala calidad

Revisar la calidad de los esmaltes semipermanentes es clave para obtener los resultados esperados tanto en duración como en acabado. En el mercado hay productos que si bien son muy económicos, tienen componentes que se deterioran fácil y que pueden afectar la salud de la uña.

En este sentido, hay que constatar también la idoneidad del primer, que es el producto que se usa para deshidratar la uña y facilitar así la fijación del esmalte. Si es ácido, puede dañar la uña.

3. Pintar fuera de la uña

Uno de los errores frecuentes entre principiantes que utilizan esmalte semipermanente es que dejan caer producto por fuera de la uña. Si esto ocurre, la zona queda elevada y se engancha a cualquier cosa con frecuencia, lo que puede deteriorar la pintura con más facilidad.

4. Aplicar más producto del que se requiere

La cantidad de producto es otro aspecto que se debe considerar con este tipo de manicura. Si la capa queda muy gruesa, es posible que la luz de la lámpara UV/LED no penetre de la forma correcta. El resultado es un esmalte arrugado y blando, con un pésimo aspecto. Lo ideal es aplicar una capa fina y pareja.

5. No hacer un buen secado

El secado también tiene sus secretos. Lo correcto es esperar alrededor de 45 segundos al aire libre, entre la aplicación  de una capa y otra, tras el ‘curado’ o el paso por la lámpara UV. De lo contrario, el esmalte puede arrugarse o abultarse, lo que genera un resultado poco atractivo.

6. Dejar la punta sin sellar

El borde de la uña es el más vulnerable a roces y roturas. Por lo tanto, es fundamental sellar la punta, tanto para que el aspecto de la uña sea mucho más pulido, como para lograr que el esmalte semipermanente dure más en buenas condiciones.

7. Usar mal la lámpara

Lo indicado es elegir una lámpara que garantice suficiente potencia, para que el tiempo de secado y curado sea menor. Las lámparas LED/UV son las mejores.

De otro lado, es importante introducir bien los dedos en la lámpara, de modo que estén bien estirados y que la luz llegue a toda la superficie de la uña. Si no se hace así, el esmalte podría dañarse antes de tiempo.

8. Arrancar el esmalte

En ocasiones, se produce una pequeña rotura de la uña o un desgaste del esmaltado. Ante esto, hay quienes halan el trozo desprendido para quitar el esmalte. Incluso, algunos lo retiran con la ayuda de una lima.

¿El problema? Retirar el producto de forma brusca causa daños en la superficie de la uña, como lo advierte Shari Lipner, dermatóloga de la Academia Estadounidense de Dermatología.

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