22 de noviembre de 2024 4:42 PM

Maestras transforman sus casas en escuelas en medio de la pandemia en Venezuela

Maestras preocupadas por la educación de los niños que habitan en Petare, una de las barriadas más pobres de Venezuela, abrieron las puertas de sus casas para educar a los menores en medio del cierre de escuelas, empujado por el Covid-19, que ya suma más de un año y el difícil acceso a internet.

Por: El Espectador de Caracas con información de Versión Final

La iniciativa, que comenzó hace varios meses y que cobra cada vez más fuerza, fue impulsada por las dificultades que comenzaron a tener los niños para continuar con sus estudios, luego de que se decretara el cierre de escuelas para evitar el aumento de contagios del coronavirus.

Las clases, por orden del Gobierno, comenzaron a impartirse a distancia y de manera virtual, pero los fallos eléctricos, la lentitud en la velocidad de internet, el no contar con los recursos para acceder a un computador o la ausencia de profesionales educativos, hicieron más cuesta arriba la educación de los niños.

El Ejecutivo también intentó impartir clases a través de programas de televisión para los estudiantes de los primeros cursos de básica, pero asociaciones de padres aseguraban que los episodios eran repetidos, que algunos no se ajustaban a la edad de sus hijos o no estaban de acuerdo con el método de enseñanza.

Ante esta situación, varias maestras, con el acompañamiento de la organización Zona Descarga, decidieron abrir las puertas de sus casas para impartir clases a los niños de Petare, que en su mayoría llegan sin ningún material escolar, con cuadernos usados o lápices rotos.

La retribución a las maestras

Por la situación económica en Venezuela, donde el salario mínimo mensual ronda los 2,5 dólares, los padres ven difícil renovar el material básico escolar, especialmente en las comunidades más desfavorecidas, pero realizan un esfuerzo para colaborar con las maestras que llegan a recibir como pago algún tipo de alimento.

Es muy poco lo que me dan, pero es una colaboración“, cuenta Jasmín Castro -licenciada en educación inicial- a Efe desde una de las habitaciones que habilitó en su casa para impartir las clases que comenzaron porque los padres le pidieron ayuda.

“Nosotros, como educadores del Ministerio de Educación, el sueldo es muy bajo, entonces es una manera de yo ejercer mi carrera que es lo que me gusta y es un beneficio“, indicó Castro, quien explicó que el apoyo que les otorga a los niños es de dos horas diarias y en todas las materias.

Estas maestras no tienen límite de edad para atender a los estudiantes. Algunas de ellas también ayudan a adolescentes que estudian secundaria, y aunque actualmente en Venezuela hay temporada vacacional, las mujeres prestan refuerzo educativo y organizan actividades recreativas.

Apoyan ayudando a los alumnos a resolver las tareas que los colegios envían vía correo electrónico o WhatsApp, pues para un estudiante de una institución pública, recibir una clase virtual en vivo es casi imposible. Ni los profesores cuentan con el apoyo suficiente para impartir las lecciones ni los alumnos con los recursos para recibirlas.

Ese puede ser el escenario en caso de que sus maestros en las instituciones no abandonen sus puestos de trabajo.

Lea la nota completa en Versión Final

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