La abstención es una de las más serias dificultades que debe evitar el sistema político venezolano si quiere continuar teniendo actitud democrática. Por ejemplo, el régimen, no puede seguir tomando decisiones de una inmensa trascendencia, entre ellas el cambio del sistema político o plantearse el Estado comunal, con una tercera parte de la población manteniéndose al margen.
Para la consultora Hernández Hercon, por la crisis que transita el país emergen diversos escenarios para analizar la variable abstención en el contexto de la futura megaelección 2024, todo dependerá finalmente de las condiciones, estrategias y tácticas de motivación que activen el árbitro electoral y los diferentes comandos de campaña. Es evidente que en nuestro caso concreto la mayoría de las personas en este país no vota por programas de gobiernos, sino por emociones… muchos hasta obligados.
Venezuela desde 1999 es liderada por un proceso político revolucionario que durante estos 23 años ha ganado la mayoría de los eventos electorales en minoría, pero pareciera que el momento histórico convoca a la reflexión colectiva, porque son muchas las fisuras en la gestión gubernamental conectadas a lo existencial humano. En nuestros últimos estudios de opinión la mayoría de los entrevistados coinciden en la salida de Maduro; sin embargo, la sala situacional del régimen construye día a día estrategias contra la oposición para frenar su crecimiento cuantitativo y unidad. El mandatario nacional se ha vuelto cada vez más arrogante, soberbio y sordo en una lucha por la supervivencia del proyecto político revolucionario. Maduro, en su laberinto, mantiene un guion y desorientado a la vez.
Para el análisis de la variable abstención debemos tener presente que a medida que se acercan las megaelecciones, la mayoría de los venezolanos están asumiendo con indiferencia cualquier propuesta política en un contexto de crisis económica, pandemia y frustración de objetivos propuestos por la dirigencia de los partidos políticos nacionales. Mientras el gobierno acciona con escenarios electorales impulsivos y complejos, estas estrategias cuando se devela no es más que potenciar el miedo, desmotivación hasta edificar actitudes de la antipolítica en el electorado opositor. Si se consolida una brecha significativa en la variable abstención es un escenario que beneficia sólo al régimen por contar con una maquinaria electoral bien apuntalada con todo el poder del Estado y una eficiente big data. No obstante, según nuestros estudios de opinión, megaelecciones para elegir presidente, gobernadores, alcaldes, diputados… se realizarán el próximo domingo, en las ciudades urbanas donde el voto tiene criterio, la abstención apunta a bajar, mientras que en las regiones con características rurales, la variable abstención se mueve en dinámica según las condiciones del momento histórico.
Es significativo ir a la biblioteca para buscar recientes datos históricos para visualizar la necesidad de la unidad / unión en la oposición mirando el 2024. Los resultados de las elecciones venezolanas del 21 de noviembre de 2021 fueron esperables y asombrosos al mismo tiempo. En las que fueron las primeras elecciones en años con participación de la oposición y veedores externos, el gobierno de Maduro logró lo esperado: arrasar tanto en el nivel regional como en el municipal. A pesar de todas las condiciones económicas y sociales desfavorables, el gobierno / PSUV alcanzó obtener 3,72 millones de votos en la sumatoria agregada de sufragios obtenidos por todos sus candidatos gobernadores y alcaldes, 46% de los votos totales, según los resultados parciales publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE). La oposición obtuvo aproximadamente 4,42 millones, 54% de los votos totales. La abstención total alcanzó 58% del total habilitado para votar. Estos resultados son para el análisis y su comprensión final.
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