El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunió este miércoles con los jefes de los principales bancos privados del país y acordaron crear un «grupo de trabajo» para debatir cómo bajar los tipos de interés bancarios, históricamente altos.
El mandatario recibió en el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia, en Brasilia, a los primeros ejecutivos de los bancos Itaú, Milton Maluhy; Bradesco, Marcelo Noronha; y Santander Brasil, Mario Leão, entre otros ejecutivos del ecosistema financiero nacional.
El líder progresista y la banca coincidieron en que la economía brasileña, la mayor de América Latina, «vive un buen momento, con un crecimiento por encima de las expectativas, la creación de empleo al alza y la inflación bajo control», según informó la Presidencia en una nota.
Las previsiones oficiales y del mercado indican que Brasil crecerá entre un 3 % y un 3,5 % este año, prácticamente el doble de lo estimado a principios de 2024.
El desempleo está en su nivel más bajo de la última década y media (6,6 %) y la inflación se sitúa en el 4,42 % interanual, por debajo del techo de la meta (4,5 %).
Frente a esto, hablaron del «desafío» que supone el «equilibrio» de las cuentas públicas, en un contexto en el que el déficit público nominal roza el 10 % del Producto Interior Bruto (PIB).
El Gobierno recordó que ese asunto «viene siendo tratado por el equipo económico con una serie de medidas» impulsadas «desde el inicio de la gestión», en enero de 2023.
Además, las partes acordaron crear «un grupo de trabajo» específico para «debatir causas y salidas para los altos tipos de interés en el país», que, por ejemplo, en el caso de las tarjetas de crédito superan el 400 % anual.
El grupo de análisis se formalizará este mismo mes y en él participarán integrantes del Gobierno, del Banco Central y de la banca privada y pública del país.
«Cuanto más altos son los tipos de interés bancarios, mayor es el riesgo de crédito y los impagos. Lo que queremos es un entorno crediticio sano que permita condiciones favorables para familias y empresas», reconoció a la prensa el presidente de la Federación Brasileña de Bancos, Isaac Sidney, también presente en la reunión.
Sidney subrayó también que Brasil atraviesa un momento económico «bastante positivo» que debería ser aprovechado para «atacar algunos problemas importantes desde el punto de vista estructural».
Por su parte, el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha, afirmó que en la reunión resaltó el «empeño» del Gobierno para aprobar en el Congreso medidas de «gran impacto», como el nuevo régimen de control de gasto y la reforma tributaria, cuya reglamentación esperan concluir «hasta final de este año».
Con información de EFE
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