El humo proveniente de los incendios forestales puede tener un impacto significativo en la salud de las personas, especialmente en aquellas con condiciones preexistentes.
El doctor Julio Duque, médico internista y especialista en reumatología, advierte sobre los peligros de inhalar este humo, que puede alcanzar los pulmones y provocar reacciones inflamatorias, alergias y procesos infecciosos.
El problema de salud pública en cuanto los incendios forestales son de gran escala, ciertos grupos son especialmente vulnerables a sus efectos adversos. Según el doctor Duque, “los más vulnerables son los niños y adultos con problemas respiratorios, pacientes con asma, fumadores o exfumadores y personas con piel sensible”.
Las personas con enfermedades cardíacas preexistentes corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por la exposición al humo. Este puede aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares, obstruir las arterias y aumentar la presión arterial, lo que puede desencadenar un ataque. Además, irrita las vías respiratorias y empeora los síntomas de asma, bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Los síntomas incluyen tos, sibilancias, dificultad para respirar y dolor en el pecho. En casos graves, la exposición prolongada puede provocar neumonía e incluso la muerte.
El humo también afecta los ojos y la piel. Irrita los ojos y puede causar conjuntivitis, también conocida como ojo rosado. Los síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón, picazón, lagrimeo y sensación de arenilla en los ojos. Además, puede obstruir los poros de la piel y causar sequedad. La exposición empeora los síntomas de enfermedades cutáneas preexistentes como la psoriasis y el eccema.
Para protegerse durante los incendios forestales y la exposición al humo, se recomienda:
- Limitar la exposición al aire libre: Cuando los niveles de humo sean altos, evita actividades al aire libre y permanece en espacios cerrados.
- Usar máscaras o pañuelos: Si debes salir, utiliza una máscara o pañuelo para filtrar el aire y proteger tus vías respiratorias.
- Mantenerse informado: Sigue las recomendaciones de las autoridades locales y monitorea las alertas sobre calidad del aire.
- Consultar a un médico: Si experimentas síntomas como dificultad para respirar, tos persistente o irritación ocular, busca atención médica.
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