En febrero de 1976, en un cine en la capital mexicana, Mario Vargas Llosa dio un puñetazo a su hasta entonces gran amigo Gabriel García Márquez y nunca más se hablaron, un hecho que el escritor peruano Jaime Bayly, que conoció a ambos, ha diseccionado en una «autopsia de una amistad muerta».
Bayly (Lima, 1965) analiza aquella amistad y su fin en su novela «Los genios» (Galaxia Gutenberg), que presentó este martes en Madrid.
Esta obra se publicará en España, Argentina, Estados Unidos, Chile, Colombia y México y será traducida al italiano y al alemán.
El autor aseguró que el premio nobel peruano pegó también un puñetazo a su hijo Álvaro seis años después del episodio con García Márquez, en lo que calificó de «una gran pelea de egos».
«Entonces pensé que Vargas Llosa es un genio, pero también es un volcán», indicó Bayly.
Esta es su novela «más arriesgada, peligrosa y ambiciosa», tras 25 años reuniendo testimonios y entrevistando a amigos de ambos escritores para intentar resolver el «rompecabezas» que le obsesionaba: ¿por qué se pelearon?, ¿por qué Mario le dio un puñetazo a Gabo?, ¿por qué desde entonces fueron enemigos el resto de sus vidas?
García Márquez y Vargas Llosa se conocieron en el aeropuerto de Caracas en agosto de 1967.
Con apenas 31 años, Vargas Llosa era ya un escritor aclamado por la crítica, mientras que García Márquez, con 40, encontraba por fin el éxito editorial con «Cien años de soledad», publicada ese año en Buenos Aires.
Antes se habían leído mutuamente con admiración y se hicieron amigos entrañables, especialmente tras ser vecinos de barrio en Barcelona.
Pero la amistad se estropeó para siempre después de que Vargas Llosa le diera un puñetazo a García Márquez, a quien le dijo: «Esto es por lo que le hiciste a Patricia».
Jaime Bayly relató cómo Vargas Llosa tuvo en esos años dos «decepciones» de tema político con García Márquez, pero descarta tanto estas cuestiones como «celos o envidias literarias», ya que considera al peruano incapaz de eso.
Y añadió que hubo una noche de 1975 en una discoteca madrileña en la que estuvieron Patricia Llosa, que entonces estaba separada de Mario Vargas Llosa, García Márquez, la agente literaria Carmen Balcells y el recientemente fallecido escritor Jorge Edwards, donde «pasaron unas cosas que son el origen mismo del puñetazo», como cuenta en la novela.
El autor reconoció que no tiene pruebas para lo que sostiene en su novela, pero sí recogió testimonios «con respeto a los genios y a los hechos históricos».
También contó cómo la agente Carmen Balcells hizo un gran esfuerzo para que se reconciliaran y mientras que García Márquez estaba dispuesto, Vargas Llosa no.
Bayly, que asegura que fue amigo de Vargas Llosa y su familia hasta que tuvieron «un par de desencuentros por temas políticos», declaró que le encantaría que leyeran esta novela, porque está hecha «con admiración y respeto», aunque sabe que Vargas Llosa le dijo a un periodista sobre esta obra que seguramente serían un montón de mentiras.
Por eso, manifestó que ha escrito ahora la novela porque siendo un amigo cercano, no se habría arriesgado: «Desde que me he distanciado de ellos me he sentido liberado».
Aunque Bayly aseguró que le gustaría retomar la relación de amistad con ellos y que no entiendan su obra como «un acto de hostilidad, rencor o ajuste de cuentas».
Con información de EFE
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