La cifra de fallecidos por las fuertes lluvias en el sureste de Brasil desde el pasado 22 de marzo aumentó el domingo, con la confirmación de otros 13 decesos en el estado de Espíritu Santo. Dichas víctimas se suman a las cuatro confirmadas el sábado en esa región, como resultado de los deslizamientos de tierra que afectaron a viviendas ubicadas en cerros y zonas de alto riesgo.
Las torrenciales, que comenzaron el viernes por la noche, han afectado varias áreas del sureste del país suramericano, pero han tenido un impacto especial en la región serrana, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro.
En esta zona montañosa se produjeron cinco de las muertes registradas en Río de Janeiro debido a deslizamientos de tierra, y otras tres personas fallecieron en diferentes zonas de esa entidad.
Aunque las lluvias han cesado, tanto Río de Janeiro como Espíritu Santo se mantienen en “estado de alerta”, y las autoridades tienen bajo alerta a los miembros de los cuerpos de Bomberos y Defensa Civil.
Además, las autoridades habían advertido que las tormentas podrían extenderse a otras áreas del sureste de la nación, como los estados de Sao Paulo y Minas Gerais. La intensidad de las lluvias en esas regiones no fue tan fuerte como se esperaba, y no se han reportado víctimas ni daños materiales significativos.