El nuevo mundo es un entramado complicado de dimensiones donde juegan desde las técnicas de producción hasta las estructuras políticas que crujen y las nuevas que se asoman, desde el multiculturalismo hasta la conformación de una economía mundial, desde la caída del viejo paradigma de que las relaciones internacionales sólo podían darse entre Estados hasta el asomo de este nuevo mundo donde puede hablarse de los mundos en plural.
El hombre de este nuevo mundo está marcado por los viejos paradigmas, lo que Alvin Ward Gouldner (“La crisis de la sociología occidental”) llama la “realidad personal”. Esto es, las ideas prevalecientes en el mundo que hemos conocido, en el cual hemos vivido. El hombre de la transición enfrenta el desafío de comprender las formas emergentes con convicciones pasadas.
La existencia de otros como él en otra cultura y en otro mundo organizado la suplantaba con el estudio o con el viaje, pero ahora se enfrenta o se enfrentará a una auténtica pluralidad de mundos con un sistema de redes que se moverán horizontal y verticalmente, uno donde se hará, por fuerza, ciudadano global y en el cual deberá ejercer una democracia en proceso de invención.
Si cito a Goldner, experto en burocracia y buen alumno de Max Weber, (Sociology of the Everyday Life en The Idea of Social Structure: Papers in Honor of Robert K. Merton, La sociología actual: renovación y crítica, La dialéctica de la ideología y la tecnología), otro pensador norteamericano considerado neomarxista, aunque el calificativo es polémico y no exacto, es porque si alguien cuestionó la sociología actual fue él. Y porque insistió en el recurso de la “reflexividad”, tan necesaria al hombre de este mundo en transición, la necesidad de una profundización en el “sí mismo”. Goldner exigió mucho a los intelectuales en el sentido de pensar sobre su propio pensamiento y a la sociología que se criticara constantemente sobre su propia razón de ser. Lo digo, porque si en alguna parte conseguimos estancamiento es en las ciencias sociales y en la politología en particular. Goldnerd exige la comprensión histórica de la conciencia presente. Lo que creo es que buena parte de la crisis presente es una crisis de ideas
Atrás deben quedar la antipolítica, la despolitización y el individualismo autista. Las nuevas formas del nuevo mundo llaman a la injerencia.
@tlopezmelendez
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