En Francia, una comisión mixta de senadores y diputados de la Asamblea Nacional buscará a partir de la próxima semana un texto de consenso para la ley sobre inmigración en la nación europea.
El texto definitivo de la normativa se articula entre la diversidad de posturas, desde la izquierda que está a favor de retirar el proyecto por su agresividad, por otra parte la derecha apuesta por una mano dura, mientras que el oficialismo propone un término medio.
Uno de los pedidos en sectores de la oposición, en particular la extrema derecha, es la disolución de la Asamblea, mientras partidarios del gobierno llaman a activar el artículo 49.3, de la Constitución Francesa que permite para aprobar proyectos sin voto parlamentario, esgrimido ya en 20 ocasiones por la primera ministra Élisabeth Borne para adoptar sin voto y con cuestionamientos leyes como la reforma de la jubilación o los presupuestos del Estado.
Sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron negó ambos escenarios con un reclamo de “trabajo colectivo” y “diálogo constructivo», al menos de momento.
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