ROY DAZA

Si quienes dirigen a la Unión Europea pretenden derrocar al Presidente Maduro, renovando las sanciones contra nuestro país por un año más, están bien equivocados, no hay fuerza en el mundo que aparte al pueblo de Simón Bolívar y de Hugo Chávez del camino trazado por su Constitución.

Esta nueva agresión la anuncia la Unión Europea cuando se encontraba en París el Presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, hablando de diálogo, de soluciones a las controversias, con el apoyo pleno de los Presidentes de Francia, Emmanuel Macrón, el de Colombia, Gustavo Petro, y el de Argentina, Alberto Fernández, así como también, la Cancillera de Noruega.

Al comentar el encuentro con uno de los factores de la oposición venezolana, representada por la llamada Plataforma Unitaria, Jorge Rodríguez anunció que “…estamos en la mejor disposición de llegar a un acuerdo general, y eso pasa porque la llamada comunidad internacional comprenda que Venezuela tiene 762 revólveres en la cabeza, es decir, 762 sanciones” y dejó claro que para llegar a un acuerdo las sanciones han de ser levantadas.
Entre tanto, en el viejo continente la gente grita en multitudinarias manifestaciones: ¡No a la guerra! La crisis económica en Europa se agudizará, necesitan gas y petróleo, parar la inflación, evitar una fuerte contracción, y encontrar una salida diplomática a la guerra en Ucrania, y no como lo señala Jens Stoltenberg, Jefe de la Otan, que el conflicto se resolverá en el campo de batalla.

Por su parte, el presidente Putin ratifica su decisión de sentarse en una mesa de diálogo, el problema es que Washington torpedea toda iniciativa de paz, porque prefiere una Europa subordinada.

La Unión Europea están frente a un dilema: o siguen subordinados a Estados Unidos, o se colocan al lado de los intereses de sus pueblos.

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