La Juventus ha quedado fuera de la Champions League de manos del Oporto (4-4) el global y ventaja para el conjunto portugués por los goles de visitante.
Por: El Espectador de Caracas con información de Noticias al Día y a la Hora
La Champions se ha convertido en un suplicio para la Juventus. Las decepciones se le acumulan a los ‘bianconeri’ en unos octavos que se han convertido en su techo las últimas dos temporadas. Desde que está Cristiano Ronaldo, los verdugos han sido inesperados y tempranos. Todos doblegándoles en Turín en la vuelta. El Ajax, en los cuartos de la 2018-19, les mandó a casa. El Lyon el curso pasado les dejó K.O. en octavos y el Oporto esta temporada. Cayeron en la ida y no remontaron en la vuelta. Problemas para un Pirlo que tiene la Serie A imposible.
El Oporto, tan irregular en la Primeira Liga, se transformó en la Champions logrando una histórica clasificación. El gen competitivo de Sergio Conceiçao luce en Europa. Han dado la campanada.
Los dragones convirtieron el 2-1 de la ida en un tesoro. Los bianconeri se vieron sorprendidos por el fulgurante arranque del conjunto portugués. Taremi se topó con el larguero antes de sacarle un penalti a Demiral. Un error del central turco que no desperdició Sérgio Oliveira. La Juve estaba contra las cuerdas. La colina que tenía que escalar para pasar a cuartos se había transformado en montaña.
Un muro en el que Pepe cerró casi todos los caminos hacia Marchesín
El ex del Real Madrid, escoltado por Mbemba, fue un titán. Un frontón que repelía los envíos italianos. A sus 38 años, se marcó un partidazo. Cristiano Ronaldo, encorsetado entre los gigantes lusos, apenas tuvo opciones.
La Vecchia Signora necesitaba un faro y la luz la puso Federico Chiesa. El salvador de los de Pirlo en Do Dragao se vistió de goleador en Turín. Todo el peligro llegó de sus botas. Se pegó a la banda izquierda y rompió al Oporto. Anotó el empate colocando en la escuadra una dejada de Cristiano.
El gol envalentonó a la Juve… y los dragones perdieron un guerrero. Taremi vio dos amarillas en dos minutos. La segunda por un pelotazo tan rigurosa como evitable. El Oporto se quedaba con 10. Y en ese ecosistema, la cabeza de Chiesa encontró su doblete. Cuadrado le puso un regalito que abrió y convirtió en el 2-1. Rozó el hat-trick… pero entre Pepe y el palo lo evitaron. El Oporto estaba contra las cuerdas… pero se hizo fuerte. Con un jugador menos, resistieron.