India lanzó su primera nave espacial dedicada a estudiar el sol, aprovechando un mes de éxitos históricos para los esfuerzos espaciales civiles del país.
La nave espacial, llamada Aditya-L1, se lanzó desde Sriharikota, una isla frente a la Bahía de Bengala, a las 11:50 am del sábado hora local (2:20 am ET). Y se dirige a un lugar de estacionamiento en órbita a unas 930.000 millas (1,5 millones de kilómetros) de la Tierra.
El exitoso despegue de Aditya-L1 se produce menos de dos semanas después de que la agencia espacial de la India, la Organización de Investigación Espacial de la India, hiciera historia al aterrizar su nave espacial Chandrayaan-3 en la superficie lunar. Este logro convirtió a la India en apenas la cuarta nación del mundo (y la segunda en el siglo XXI) en aterrizar un vehículo de forma segura en la Luna.
Mientras tanto, Aditya-L1 se dirige a su destino en el punto 1 de Lagrange, un área que se encuentra entre el Sol y la Tierra donde la atracción gravitacional de ambos objetos celestes se anula entre sí. Esa ubicación permitirá que Aditya-L1 permanezca en órbita, en una posición óptima para observar las actividades del sol, con un menor consumo de combustible.
Esta posición “proporcionará una mayor ventaja para observar la actividad solar y su efecto sobre el clima espacial en tiempo real”, según la agencia espacial.
La nave espacial está equipada con siete instrumentos científicos, cuatro de los cuales apuntarán directamente al Sol, mientras que los demás estudiarán las partículas del viento solar y los campos magnéticos que pasan por el punto 1 de Lagrange.
Los principales objetivos de la misión incluyen estudiar la atmósfera superior del Sol y diversos fenómenos solares, como las eyecciones de masa coronal, o expulsiones masivas de plasma de la capa más externa del Sol.
La información obtenida de los experimentos de Aditya-L1 proporcionará una imagen más clara del clima espacial, o el término utilizado para describir las ondas magnéticas que se propagan a través de nuestro sistema solar. Las tormentas espaciales pueden tener un impacto en la Tierra cuando llegan a nuestra atmósfera, afectando ocasionalmente a satélites, comunicaciones por radio e incluso redes eléctricas, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU
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