Katy Perry resucita este viernes la receta que la catapultó en el Olimpo del pop en la década de 2010 con «143», su séptimo álbum de estudio con el que la cantante vuelve a la música tras un parón de cuatro años y varios intentos de emerger en el mercado discográfico.
En una nostálgica referencia al código ‘te amo’ empleado en los mensajes de texto de los años 90, la estrella californiana toma impulso después de cuatro años y medio de la salida de ‘Smile’, con el que trató de renacer su faceta pop pero que resultó ser el título con menor rendimiento de su carrera.
‘Smile’ venía dispuesto a reflotar ‘Witness’, otro batacazo que dibujó su era más «oscura» y con el que salió de su zona de confort para explorar otros géneros emergentes de la música de 2017 como el pop electrónico.
Detrás de una portada futurista con una imagen de la cantante semidesnuda, una renovada Perry presenta 11 temas, con ‘Woman’s World’ (el mundo de las mujeres) a la cabeza y cuatro colaboraciones con artistas como la rapera Doechii, cuyo sencillo ‘I’m His, He’s Mine’ debutó la semana pasada en los MTV Video Music Awards.
Con el empoderamiento femenino por bandera, la cantante no pierde de vista la fórmula de sus mejores sencillos, como ‘Teenage Dream’ o ‘California Gurls’: letras cargadas optimismo y en los que predominaban los vídeos musicales atrevidos, divertidos, con una puesta en escena pomposa, colorida y sexy.
‘Woman’s World’ recuerda vagamente a esa era con una versión exagerada de sí misma en la que perpetúa los clichés de una Perry acostumbrada al humor y a la provocación, aunque parte de la crítica lo ha catalogado como un flaco mensaje feminista.
Debutó en el puesto número 63 de la lista de sencillos Billboard Hot 100, lejos de registros como ‘I Kissed a Girl’ en 2008, que se convirtió en su primer número 1 en el Hot 100 y permaneció en la cima de la lista por siete semanas.
Con información de EFE
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