Justin Timberlake volvió a la música, seis años después de la publicación de su último álbum con un nuevo disco, ‘Everything I Thought It Was’.
«Es más probable que los extensos temas lentos de R&B del disco inspiren una siesta que un polvo», escribe Helen Brown para el diario británico The Independent.
Bajo la aspereza de esas palabras, la periodista señala una circunstancia sobre la que inciden todas las críticas con más o menos tacto: la excesiva duración del álbum.
«Si tuviera 10 temas en lugar de 18, la redención musical de Justin Timberlake podría ser más bien un jonrón», opina Laura Snapes para The Guardian.
Medios como Rolling Stone salvan cortes como ‘Fuckin’ Up The Disco’, «un homenaje a su propio ‘Let The Groove Get In’» y que es, a su juicio, «el punto de partida de lo que funciona en el disco frente a los lugares en los que se diluye por completo».
‘Everything I Thought It Was’ (Sony Music) repite de este modo la senda del previo ‘Man Of The Woods’ (2018), un acercamiento desde el pop a la música «country» que no despertó ni el entusiasmo de los periodistas especializados ni el del público.
Con información de EFE
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