22 de noviembre de 2024 5:44 PM

Julio César Arreaza: Valor del coraje

Llamar las cosas por su nombre es comenzar a edificar un futuro diferente. La usurpación, sobradamente arbitraria, carece de ética, de lealtad. El diálogo en nada ha cambiado la situación de los rehenes o presos políticos. Los elegidos, que ya no nos representan, se imponen contra sus electores colaborando con la servidumbre. No tienen compromisos con nosotros, nos quieren como masas y víctimas propiciatorias. No caminan lo que dicen.

Tenemos derecho de dudar, exigir y buscar otros dirigentes que nos representen en nuestras aspiraciones democráticas. Ellos tratan de salvarse y sobrevivir a costa del otro. Sin querer queriendo juegan a favor del régimen para lavarle la cara.

Lo fundamental es el cambio político, no prestarse a la política de un día más de la usurpación para sobrevivir. No perdamos el foco, el diálogo por pedacitos “striptease” deja de lado lo esencial, que es el cambio político.

La solución de fondo es recuperar la democracia. Esos diálogos manejados por los 4 intereses del G4 no son favorables para la totalidad del país, ni a la calidad de vida y felicidad del pueblo.

No hemos visto cambios sino pasos concretos para una nueva relación con el causante de nuestros males. El diálogo no está montado sobre bases reales. No puede haberlo con presos políticos olvidados. Los presos militares perdieron su libertad por defender la Constitución. En paralelo, el régimen mantiene sus maldades contra ellos y agudiza sus males. Los que disponen de boleta de excarcelación no salen en libertad. La prisión injusta es tortura. La corporación criminal juega al cansancio de la comunidad internacional y difiere para las calendas griegas la elección presidencial independiente.

Con un coraje lúcido nos negamos a convivir con el mal. Para que haya paz tiene que haber justicia, los criminales van a ser juzgados. Ellos cometieron la atrocidad de perpetrar el daño antropológico que es la anulación de la voluntad del venezolano. Cuando el mecanismo externo se te impone quedas incapacitado para reaccionar.

El pacto social fue eliminado por el narcorrégimen. Con el valor del coraje desterraremos la posibilidad del deterioro interno, el dejarnos dominar y quebrar. Oponemos resistencia y nos sobreponemos.

Política es organización y debe acompañarse al que sufre (85%) los embates continuos con el acompañamiento, promoviendo la creación de redes y puntos de conexión. Fortalecidos espiritualmente y sabiendo lo que enfrentamos. El régimen vive un día a la vez y no tiene futuro. Se está configurando un liderazgo que llevará a Venezuela a la libertad.

Un papel, dos papeles, sean cuales fueren, con meras intenciones no constituyen otra cosa sino papeles mojados, no satisfacen los requisitos del Estatuto de Roma. No se va a eliminar el proceso de complementariedad, no vemos por ningún lado que se esté juzgando internamente a la cadena de mando. No van a quedar impunes por un diálogo baldío los delitos de lesa humanidad y la muerte de la democracia.

Aquí la justicia ha alcanzado un grado de inexistencia. Es imposible estructurar una justicia que cumpla con los estándares internacionales, así se firme mañana un acuerdo que no resolvió lo principal que es el cambio político.

El mal aprende de sus errores y los corrigen y atacan más duro. El encuadre paradigmático del socialismo del siglo XXI es el mal contra la libertad y dignidad.

Ha cosificado al ser humano sin un mínimo de justicia y sin igualdad ante la ley.

El régimen de facto no mantiene relación con el FMI, el BCV no publica cifras y la nación carece de un presupuesto controlable y de ejercicio transparente de las finanzas.

“Libertad para Javier Tarazona. No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados”.

El Nacional

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