El diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015 José Manuel Olivares abandonó el país en julio de 2018, tras hacerse pública una orden de detención en su contra, de su hermano, Juan Carlos Sosa, quien ya había estado preso un año en el Sebin, y su esposa en ese momento. En Colombia, país en el que se refugió, continuó trabajando en el área de la salud, pero esta vez para atender la situación de los migrantes y refugiados venezolanos.
Por: El Espectador de Caracas con información de TalCual
En julio, pero de 2021, el doctor Olivares regresó al país y se dedicó visitar todas las comunidades del estado Vargas para conectar de nuevo con sus electores, los que han votado consecuentemente por él desde hace años, y los oficialistas que están descontentos de la gestión del fallecido Jorge García Carneiro y los múltiples alcaldes del PSUV.
Aboga por una política de inclusión, por proyectos comunes y un liderazgo que aglutine a todos los sectores descontentos, tomando las elecciones regionales y municipales, previstas para el 21 de noviembre, como punto de partida.
En conversación con TalCual, Olivares -quien todavía no ha informado públicamente su postulación a la Gobernación de Vargas- asegura que aquellos políticos que vean esta elección como una campaña tradicional, de visitas de candidatos a sectores en caminatas ofreciendo el desarrollo o hacer del estado un emporio turístico, están equivocados.
“¿Para mí cómo es esta elección? No es el que tenga más tarjetas en el bolsillo, esta elección la gana quien tenga y aglutine los liderazgos, quien construya una política que nos aglutine a todos más allá de una candidatura y que tenga organización”, dice.
Además, hace una reflexión a la oposición y asegura que deben ganarse nuevamente el derecho a que la población escuche a los dirigentes, debido a los errores que han cometido en el pasado.
“Soy un convencido que el 80% del país, como lo dicen las encuestas, adversa a Maduro, pero el problema es que no quiere escuchar a nadie. Lo que debemos hacer hoy, a mi juicio, es ganarnos el derecho a que nos vuelvan a escuchar. Eso no lo hacemos más que con honestidad, desprendimiento, diciendo la verdad, asumiendo nuestros errores y pidiéndole a la gente que no deje de luchar y nos acompañen”, señala.
Eso es lo que he hecho toda mi vida, continúa Olivares. “Yo estoy luchando desde el año 2007 cuando fui presidente del Centro de Estudiante de la Escuela de Medicina de la UCV, lo que hemos hecho es luchar y este es un momento para hacerlo con cosas concretas y reales, que nos acercan a la gente y que nos permiten recuperar el poder del voto”.
– ¿Qué ha visto en el estado Vargas luego de su regreso? ¿Cuáles son los principales problemas?
—El problema del agua es lo principal, incluso lamentablemente es un negocio para la Gobernación: las cisternas de la Gobernación la gente tiene que pagarlas en 40 y 60 dólares para que lleven agua, entonces hay un tema del agua muy grave, que es el tema transversal de todos los habitantes del estado Vargas.
También hay un tema de transporte que yo tengo años denunciando, que ha sido el mal manejo del transporte, pasas dos y tres horas en una parada y esto se convierte en un pueblo fantasma a las 4 de la tarde, todo el mundo se recoge porque no hay transporte ni como movilizarse.
Tienes el tema del gas, que por lo menos la crisis del gas en Caracas no ocurre. ¿Por qué no ocurre en Caracas como ocurre en Vargas? Porque aquí hay un compromiso o un negocio de mandar los camiones primero a los hoteles y no a la gente, y además de eso es inentendible como es la Gobernación la que tiene centralizado la repartición de las bombonas. La gente tiene que cargar su bombona porque no hay transporte, debes ir a pagar las bombonas, eso es un negocio que tiene la Gobernación.
Entonces hay crisis del agua, transporte y gas. Además como en el resto de Venezuela, la destrucción de la economía, la falta de empleo, el salario que no alcanza, y en Vargas además tenemos un problema adicional que es la salud.
Nosotros tenemos totalmente abandonado el hospital de Pariata, la red de ambulatorios en Catia La Mar, lo que hace que tengamos una tasa de mortalidad bastante elevada. No contamos con unidad oncológica, para radioterapia o quimioterapias, casi no hay unidades de cuidados intensivos. Entonces la solución es irse a Caracas, donde también se enfrentan los problemas de transporte, los hospitales están colapsados ¿Cómo te atienden? ¿Quién te cuida? Es un panorama complicado, pese a ser un tema tan sencillo como debería ser la atención en ambulatorios y hospitales.
Así puedo pasar una hora hablando de problemas. Por último, otro problema inherente a Vargas es la paralización del puerto y el aeropuerto. La actividad aduanera, que era importante para la economía en Vargas, está paralizada. Los buques, los vuelos, que generaban una gama inmensa de empleos están paralizados.
– En todos esos recorridos, ¿ha visto que la población esté dispuesta a votar por una alcaldía o una gobernación?
—Yo he tenido una grata sorpresa, y lo voy a tratar de explicar. Por ejemplo, fui a una reunión en Maiquetía a las 8 de la noche en una casa, y estaba con dirigentes del PSUV, y había cierto aire de complicidad por la necesidad de cambio.
Hay un segundo elemento que está pasando, que me ha sorprendido mucho, y es que los sectores populares están decididos a votar. Yo no he anunciado candidatura a nada, no hemos hecho nada, y la gente dice ‘vamos a ganar’, ‘vamos pa’ esa’, ‘no podemos perder, hay que votar’. Hay un sector de la población que entiende o comprende que el país está mal y que el camino es votando. Yo creo que estamos enfrentando el momento más difícil de la política, lo cual exige lo mejor de nosotros, lo cual requiere mucha honestidad, mucho desprendimiento, mucho compromiso y decir la verdad. Yo creo que a la gente hoy hay que pedirle disculpas, tienen razones para estar molestos. Lo mínimo es pedirle disculpas.
Yo trato de graficar esto como una señora que se sienta en su casa, ven un candidato del PSUV y le dice su hijo se fue del país, no hay agua, no hay transporte, el que quiere ser gobernador ya fue alcalde o ministro de Maduro y no ha podido ni recoger la basura. ¿Qué les dice? Yo no quiero más nada con ustedes. Pero esa misma señora nos ve a nosotros y dice ‘ustedes tienen 21 años y no han salido de esta gente’, ya sea con marchas y no marchas, votes o no votes. Ojo, sin dejar de aclarar que esta ha sido una lucha desigual.
Pero esto nos obliga a decirle a la gente, a esa señora: Usted tiene razón, discúlpeme. Disculpe la política, discúlpenos pero no voy a dejar de luchar.
En mi caso, yo tengo un hijo de tres años ¿Qué le digo, que no voy a luchar más por él? Todos tenemos razones para luchar. Yo sí siento que hay que ser sinceros, a la gente hay que decirle los alcances de la gobernación. Decirle la gente: Mira si ganamos las 23 gobernaciones Maduro no se va, pero somos mucho más fuertes para organizarnos, para derrotarlos en el revocatorio o en la presidencial, para tener más fuerza, para tener más presión, y si te unes en ese camino tienes más vías para solucionar los problemas que están en la calle, que tienen los habitantes del estado.
– ¿Cómo reencontrarse entonces con esa población después de tantos planes fallidos de la oposición y de la apatía que tiene parte de los ciudadanos con lo político?
—Escuchando mucho, esto va a ser una campaña que más que la caminata de ‘ahí pasó el candidato con 100 personas’ es de escuchar, hay que explicar mucho, ser honestos y sinceros con la gente. Hay que decirle a la gente cosas que crea de verdad, no eso de que vamos a hacer de Vargas un emporio turístico. Esto se va a basar mucho en el cuerpo a cuerpo, donde tiene que estar lleno de sinceridad, de compromiso, honestidades, de desprendimiento, de unidad para volvernos a ganar el derecho a que la gente nos escuche. Fíjate que no estoy diciendo que voten por nosotros, sino ganar el derecho a que nos vuelvan a escuchar.
– Ha dicho que no ha anunciado su candidatura. ¿Qué es lo que falta para que José Manuel Olivares defina su postulación a la Gobernación de Vargas?
—Creo que esto es un momento en el que, así como hay que ser sincero y honesto con la gente, hay que respetar a la política, a los dirigentes. Yo me he dedicado, desde que llegué, desde el día 1 a construir la unidad, una unidad mucho más amplia que la MUD. Una unidad donde quepan los chavistas, los maduristas, una unidad donde quepan los chavistas-maduristas pero que no les gustan las sinvergüenzuras que están viendo en Vargas, los chavistas que quieran dar un viraje, los de los partidos tradicionales o de los partidos emergentes, una unidad donde quepamos todos.
Estoy terminando un ciclo de conversaciones con todos los partidos, todos los dirigentes. La política está en su peor momento, lo cual debe llamar también a respetar muchísimo a todos los dirigentes tengan mucho o poco liderazgo, sean jefes o sean testigos. Eso deriva al final en construir una unidad amplia.
Esto es mucho más complejo que una candidatura. El que vea esto como un candidatura tradicional y un comando de campaña creo que está errado. Esto tiene que construir una política, transformarse en un proyecto político que nos unifique a todos, que nos lleve a la importancia recuperar el poder del voto, de ganar los espacios para solucionar los problemas de la gente. Eso también nos permite estar comprometido con todos en un momento más difícil, por eso es mucho más complicado que una candidatura, que un pendón o un volante, así lo veo yo pero puede que esté equivocado.
– Estamos en etapa de inscripción de candidatos, el partido MUD y Henrique Capriles han hecho llamados al resto de la oposición para que definan su participación en las regionales. ¿Cree que ya es momento efectivamente de que la oposición defina esa participación o lo pueden aplazar un poco más?
—Suscribo totalmente las palabras de Henrique Capriles, las suscribo y comparto. Creo que parte de lo que decía antes de la honestidad con las personas es eso. Por eso, no quiero opinar sobre ningún partido o el G4 porque sería irrespetuoso.
Quedaría con decirte que suscribo plenamente las declaraciones Henrique Capriles y la visión que mostró en torno a la participación, su decisión de decir que él va a participar a pesar de ser miembro de nuestro partido Primero Justicia, y su decisión en torno a México. Creo que es cónsona con lo que exige el país, ¿eso tendrá costos? Bueno sí, yo creo que no podemos hacer política siempre para que nos aplaudan, la política la hacemos desde nuestra visión de lo correcto.
Luego de los cambios del CNE, luego de la presión internacional, luego que empujamos a Maduro a una negociación, es momento de mostrar a los países que nos apoyan que somos mayoría y el mecanismo más real es el voto y será manifestado en equis número de alcaldías y gobernaciones, de diputados y de concejales.
– Usted fue nombrado comisionado presidencial para emergencia en salud y atención a migrantes. ¿Qué quedó pendiente y qué se logró?
—Hicimos un esfuerzo muy grande en Colombia de ampliar la cobertura y la atención con el gobierno colombiano en el hospital Erasmo Meoz de Cúcuta, atender el drama de las mujeres que van a Colombia a parir, ampliar y lograr esquemas de vacunación para población venezolana, lograr pequeños espacios o islas de atención en países como Perú, Panamá, Ecuador y Chile.
No me gusta hablar de números porque en la salud los números son complicados. Un ejemplo, puedo decir que se logró la atención a 10 personas. Ese es el 0,01% de la población sí, pero es el 100% de familias que logramos que las atendieran, la salvarán o les dieran una respuesta.
Se hizo un gran esfuerzo por articular con los Ministerios de Salud, con el sector privado, con los médicos que están en la diáspora, que siguen siendo lo máximo. Esa es la humanidad de la medicina venezolana donde estés, de ayudar, de servir y entender el sufrimiento de los demás.
También se avanzó en un trabajo espectacular con Julio Borges y Tomás Guanipa en el tema de reconocimiento a los venezolanos, el tema de la identidad, el permiso especial de permanencia, la regularización de los estatus migratorio que, si bien es cierto no tiene que ver con la salud sí era una traba para la atención en salud por el estatus legal obligatorio en países como Estados Unidos, Colombia, en Chile, en Perú o Panamá.
¿Cosas pendientes? Al final la tarea pendiente es salir de Maduro porque todo el mundo regrese a nuestro país, pero al final se intentaron lograr o avanzar en muchas cosas que permitieran a los venezolanos avanzar.
Me siento muy feliz con el tema de las vacunas, mucha gente criticó y nos criticó por ‘entreguistas’, por hablar con Maduro, pero es una realidad que en un mes van a llegar unas vacunas al país para todos los venezolanos. No he dejado ni nadie ha dejado de pensar a Nicolás Maduro como lo peor que le ha pasado a este país y hay que salir de él. Hay temas graves como la vacunación que quedó por solventar y que no pueden estar atrapados en la diatriba política.
– ¿Su oficina hizo la rendición de cuentas correspondiente?
—Sí, pero yo nunca administré nada. Mi rendición de cuentas fue muy sencilla porque nunca he tenido ni sueldo, ni presupuesto, ni asignación de oficina ni de nada. Se recibió cero, y bueno, pudiera sacar los gastos de nuestro propio trabajo, pero ese no es el punto. Nunca he tenido ni nuestra oficina tuvo jamás ningún tipo de asignación presupuestaria, nunca tuvo un presupuesto, no se recibió ayuda de la cooperación, nunca recibió ningún tipo de asignación directa más allá de los enlaces que se hacían con los ministerios de Salud, con los centros de salud Colombia y en distintos países de la región.
Fue bastante fácil porque estuvo dedicada en las cosas que se hicieron, que se intentaron hacer.
– ¿Qué valoración hace usted de este nuevo proceso de negociación que inició en México?
—Como te decía antes, suscribo lo que dice Henrique Capriles sobre la negociación. Debe ser un medio, no un fin. El fin es normalizar nuestro país, tener un camino democrático, de prosperidad, que haya salud, trabajo, seguridad jurídica y política. Es un elefante muy grande que hay que comerse a pedazos, y es la reflexión de los últimos años que tenemos.
Creo que es un espacio que nos lo ganamos con muchos sacrificios, con mucho trabajo y una presión internacional que empujó a Maduro a la negociación. De ahí deben salir cosas fundamentales para nosotros como es el respeto de la elección, del voto, de la libertad de pensamiento, restauración de la economía y del sistema de salud. Eso va a desmontar tonterías del discurso de Maduro sobre el bloqueo.
Una negociación es un espacio importante para que la presión internacional se transforme en hechos reales, hechos que permitan la transición política del país, que permita solucionar los problemas reales de los venezolanos. Lo debemos tomar con mucha seriedad, con mucha serenidad, dejar de plantear las políticas dicotómicas de traidores y patriotas o buenos y malos. Entendiendo que esto es un espacio acompañado por naciones del mundo que puede permitir retomar el camino de la elección como mecanismo de cambio que pueden permitir normalizar algunos espacios de la vida nacional que benefician a todos, que tiene que obliga a concesión de todos, que obliga a quitarnos algunos paradigmas.
Voy a hablar por mí. Mi hermano estuvo preso un año, secuestrado cuando decidí ser candidato a gobernador, y si yo tengo que sentarme al lado del que estuvo preso a mi hermano porque eso va a permitir que 30 millones de venezolanos tengan más prosperidad, trabajo y futuro, lo voy a hacer. Mi problema con lo que yo sufrí con un hermano preso no puede estar por encima del sueño de muchos venezolanos de avanzar y que este país mejore. Insisto que aquí se requiere madurez, desprendimiento, entereza. Con esto no estoy claudicando o entregando mis principios, solamente estoy buscando el mecanismo para salir del gran problema de todos los venezolanos que se llama Nicolás Maduro.