Por estos días unos buenos hermanos y hermanas me han recibido en su casa, para participar en una celebración de la Navidad. Un espacio en comunión, fraterno, alegre y reflexivo, que me recordó mis tiempos como cristiano; del cual comentaré algunos aspectos que me resultan más relevantes.
La pregunta que animó la reflexión inicial, fue una que vino de un texto escrito por el sacerdote Jon Sobrino ¿Esta será una Navidad difícil? Ciertamente no todos vivimos la navidad de la misma manera. No es una cosa nueva, siempre ha sido así. Será una Navidad difícil, para aquellos y aquellas que están excluidos del mercado, bien sea de lo esencial y de lo superfluo, los primeros están bajo la línea de la sobrevivencia y aquellos que cuentan con lo necesario, tendrán ansias por lo que no pueden acceder. Será una Navidad difícil, para aquellos que poseen lo material, pero que carecen de los afectos y los equilibrios necesarios.
La natividad de nuestro hermano Jesús de Nazareth, fue también difícil, como lo recordó un viejo cura durante su intervención. Nos decía que Jesús tuvo que nacer en un establo, que por más que adornemos ahora, cuando hacemos los pesebres; es un lugar para animales. Y fue así, porque sencillamente no tenía lugar en el pueblo.Luego preguntó, si el hijo de Dios volviera a nacer por estos tiempos, ¿dónde nacería? Al final de su reflexión, subrayó que el recién nacido, junto con su familia, casi de inmediato se convirtieron en lo que ahora se denomina refugiados y comenzaron un largo periplo del cual tenemos pocas noticias luego.
El sacerdote que animó la celebración casi al final, nos ha bendecido y nos ha invitado a bendecirnos entre nosotros y nosotras. El viejo cura, que estaba a mi lado, me ha comentado que la expresión “Que Dios te bendiga”, significa que Dios hable bien de ti. Y me ha bendecido, a lo que respondí de manera recíproca. En estos días no olvidemos la solidaridad concreta y el mensaje de quien nació por estos días, que no es otro que un mundo justo, que solo será posible a través de las acciones que transformen el estado de cosas vigentes. Cierro con la frase que también es de nuestros padres y madres: Que Dios los bendiga, o dicho de otro modo:
Que Dios hable bien de cada uno de Ustedes cada día.