¿Cómo puede ser la relación entre quienes éramos uno y fuimos separados por la conquista sangrienta y europea? ¿Cómo puede ser la relación entre quienes nos liberamos bajo el amparo de un mismo sueño? El sueño bolivariano, pero que fuimos divididos por las traiciones, de allá, de acá y de más allá, con la anuencia de los del norte. La relación con nuestra Colombia, es más que de hermanos, que aunque es una palabra insuficiente, sirve.
A nuestra hermana Colombia la hemos visto bañada de sangre y tomada por el narcotráfico, que ha puesto a la clase política a su servicio, de tal manera que arreglas las cosas para que el negocio no pare. Gracias a la violencia, sus hijos e hijas han ido a dar hasta los confines del mundo, y nuestra tierra ha sido albergue de más de seis millones, hoy colombo-venezolanos y con quienes nos hemos mezclado otra vez.
En nuestra hermana Colombia, sus hijos e hijas hoy nos reciben, con lo mucho o lo poco y a pesar de la conducta mercantil de sus gobiernos para con la población en situación de movilidad en su territorio y su aporte para que se agraven las condiciones en Venezuela, para seguir promoviendo el éxodo.
Recién en nuestra hermana se han dado elecciones y Gustavo Petro ha quedado a la cabeza, pero no con los votos suficientes para lograr una victoria en primera vuelta. Queda ahora la segunda medición, con un candidato que los analistas comparan con Trump, por varias razones: un hombre de edad, que ha sabido usar bien las redes sociales, pero que sostiene un discurso incoherente en sí mismo y con peligrosas referencias. Queda por fuera, el candidato que promueve abiertamente el uribismo y nos preguntamos ¿Qué se espera ahora?
A la vista de los resultados, no puedo dejar de pensar en Ecuador, donde en la primera vuelta Arauz, el candidato de la Revolución Ciudadana, movimiento que dirige Rafael Correa, quedó en la primera vuelta holgado, pero para la segunda todos fueron contra él, lo que permitió que ganara Guillermo Lasso, de la derecha financiera. Hoy en Colombia, todos irán contra Petro, que es una candidatura alternativa al estado de cosas conveniente para la rancia burguesía colombiana. ¿Se correrá la misma suerte que en Ecuador? ¿O nuestra hermana Colombia dará un paso para salir del abismo?