Jesús A. Rondón
Propios y ajenos al Partido Socialista Unido de Venezuela han estado atentos a la primera fase del proceso de selección de los candidatos y candidatas que se postularán de cara a las elecciones regionales y municipales en marcha, cuyo momento culminante será hacia finales del año.
Mucho se puede leer y escuchar tanto en los medios y empresas de comunicación, como en todo el espectro del debate público ahora concentrado en las redes sociales. Mucho de lo que se escucha, no pasa de lo banal o superficial, quedándose en el chisme o la anécdota. Lo cual no deja de preocupar, en tanto, nos da idea de la temperatura del debate político y de la calidad del mismo.
A propósito de este ejercicio interno ya escribía antes, y de esto solo quiero recuperar la valoración de esta iniciativa, que sean cuales fueren los resultados, son una muestra de democracia de la cual carecen, quienes se pretenden erigir como una alternativa política frente al chavismo. Pero además invita a una discusión sobre el partido en la revolución.
Es saludable nuevamente volver a la discusión sobre el partido, sus características, rol, dinámica, entre otros aspectos; que pueda contribuir a la profundización de la revolución bolivariana y dentro de esta, en particular el legado de Chavez. Una discusión que convoca a toda la militancia del chavismo, y que debe asumirse en mi opinión como un proceso socialmente conflictivo, pero con una orientación común, donde las deliberaciones de la militancia sean claves y reflejo de sus realidades.
El partido es un instrumento de los pueblos para dotarse de una dirección política, que debe ser expresión de sus intereses. En tiempos de revolución es una herramienta clave y de hecho fue un esfuerzo importante después que desde 1999, se accediera al gobierno mediante todo un movimiento político aluvional. Quienes promueven el fin de las cosas y para ello proponen el prefijo post, no saben que hay después del partido, y menos que alternativa hay a este. De tal manera que hoy quienes militamos en la Revolución Bolivariana no podemos ser ajenos a este debate, pero menos negarnos a emprender acciones para superar los problemas existentes, de tal manera que tengamos un partido fortalecido, expresión genuina de los intereses del pueblo venezolano.
