¡Y comenzó 2022!. Mis mejores augurios para todos y todas. Como cada año, al menos en este lado del planeta, procuramos dar el primer paso en propósitos vitales, muchos reciclados, pero en todo caso vamos con nuevos bríos. A pesar de la situación económica, se busca recuperarse de los excesos de las fiestas de la Navidad y el Año Nuevo, en particular de los culinarios.
Ahora bien, también es inevitable cuestionarse ¿cómo comenzamos este nuevo año en Venezuela? Todos tenemos respuestas y forman parte del debate nacional. Comenzamos con expectativa de una significativa recuperación económica, sostenida hasta por quienes siguen siendo opositores a la Revolución bolivariana. Esta expectativa se verá cubierta en la medida en que sostengamos un proceso de recuperación del aparato productivo, tanto privado como estatal y para estos se observan diversas dinámicas y medidas. También hay preocupaciones, entre ellas el incremento de la desigualdad, pues los salarios siguen estancados, en particular de quienes laboramos en la administración pública y quienes son beneficiarios de las pensiones proporcionadas por el Estado venezolano. Sobre esta cuestión, se siguen esperando anuncios importantes y sustanciales por parte de nuestro Gobierno bolivariano.
Comenzamos este año con estabilidad política luego de las elecciones regionales, donde participaron casi todos los actores de oposición al proceso bolivariano, lo que ha brindado un piso firme para garantizar la gobernabilidad a mediano plazo. Asimismo, la Asamblea Nacional instaló un nuevo periodo de sesiones sin contratiempos.
En tercer lugar, pero no menos importante, seguimos teniendo abierto el escenario de las negociaciones, con menos foco mediático, pero andando sin pausas. El presidente Maduro sigue extendiendo la mano, pero condiciona la continuidad a la liberación de Álex Saab, como gesto clave de parte del Gobierno estadounidense.
Ahora bien, en todo este contexto encontramos actores, aparentemente extraviados, como los asociados y asociadas a Juan Guaidó, quienes en un acto de carnaval adelantado volvieron a ratificar “el interinato”, ahora con menos alboroto y con apoyos menos escandalosos, en medio de una América Latina que sigue girando en una dirección contraria a la derecha.