Investigadores del Hospital del Mar Research Institute de Barcelona (España) han participado en el hallazgo de una proteína, la IκBα, como nuevo biomarcador de mal pronóstico y posible tratamiento del glioma, un cáncer cerebral con una elevada mortalidad.
El grupo de investigación en Mecanismos Moleculares del Cáncer y de las Células Madre del Hospital del Mar Research Institute ha sido el único centro de España que ha participado en este estudio internacional, que ha analizado datos de más de 2.300 pacientes y cuyos resultados publica hoy miércoles la revista ‘Cell Reports Medicine’.
Además de descubrir este posible biomarcador de gliomas, los investigadores han podido ver cuál es la vía sobre la que actúa esta proteína, lo que la convierte en una posible diana terapéutica, en lo que ya ha empezado a trabajar el Hospital del Mar Research Institute para buscar posibles tratamientos que modulen la actuación de este marcador.
En concreto, la investigación ha determinado que un tipo concreto de proteína, la IκBα, es un marcador de pronóstico en uno de los tipos de cáncer con mayor mortalidad, el glioma difuso y, en el caso de pacientes con este tipo de tumor, que afecta al cerebro, niveles más bajos de esta proteína hacen que la supervivencia caiga de forma drástica.
El trabajo, que ha liderado la University of Alabama at Birmingham (EEUU), ha analizado datos de más de 2.300 pacientes procedentes de distintos centros de todo el mundo y con diferentes características y estadios de progresión, y en todos ellos los bajos niveles de este marcador indicaban un peor pronóstico y una supervivencia mucho más reducida.
«La proteína IκBα regula los procesos inflamatorios y cuando existe una pérdida de esta proteína en los tumores, la esperanza de vida de los pacientes cae drásticamente», resumió el coordinador del grupo de investigación del Hospital del Mar Research Center, Lluís Espinosa.
Los investigadores también han comprobado que esta proteína interactúa con la cromatina, una estructura compuesta por ADN, ARN y proteínas que regula la actividad genética, lo que abre la puerta a utilizar esta interacción como diana terapéutica, una aproximación distinta a la propuesta hasta ahora en estos pacientes.
«Lo que hemos visto es que el papel de esta proteína es diferente al que se le había otorgado, como reguladora de los procesos inflamatorios a través de la modulación de las citocinas. Su interacción con la cromatina nos impulsa a seguir investigando esta vía, una búsqueda prometedora a la hora de encontrar un tratamiento para el glioma», según Espinosa.
La influencia de esta proteína en el pronóstico de los pacientes se está investigando ahora en otros tipos de tumor y, de hecho, el Hospital del Mar Research Institute ya dispone de una patente de un modelo con moléculas que les permite buscar moduladores para sus diferentes funciones y comprobar la efectividad de diferentes tratamientos que activen o desactiven las distintas vías de señalización celular sobre las que actúa.
Según Espinosa, «averiguar qué es lo que está incrementando la malignidad de los tumores cuando se pierde IκBα es esencial para tratar a los pacientes, porque si atacas la vía equivocada no se conseguirá el efecto terapéutico buscado».
Los gliomas difusos son tumores primarios del sistema nervioso central (SNC), que afectan principalmente a población joven, con una edad media de 40 años.
El tratamiento convencional se basa en la resección, siempre que sea segura, según ha explicado María Martínez, jefa de sección de Neurooncología del Servicio de Oncología del Hospital del Mar e investigadora del Hospital del Mar Research Institute.
«Son neoplasias que, invariablemente, van a progresar. Hasta ahora se han considerado tumores incurables», precisó Martínez.
Sin embargo, una de las características de estos tumores es la presencia de mutaciones en los genes IDH1 y IDH2, que conllevan un buen pronóstico, según la neurooncóloga.
Con información de EFE
Síguenos en Telegram, Instagram y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones