Irán celebró este viernes unas elecciones presidenciales anticipadas tras la muerte del anterior mandatario Ebrahim Raisí sin un claro candidato favorito, en medio del descontento de la población por la situación económica y social.
Unos 58.000 colegios abrieron sus puertas a las 08:00 hora local (4:30 GMT) y cerraron a medianoche (20:30 GMT) tras tres extensiones del horario en todo el país, donde estaban llamados a las urnas 61 millones de personas, informó la Comisión Electoral iraní.
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, fue el primero en depositar su papeleta en un acto televisado en el que llamó a votar de nuevo, ante las expectativas de una baja participación.
“La continuación, la fortaleza, dignidad y el honor de la República Islámica ante el mundo depende de la participación del pueblo”, aseguró la máxima autoridad política y religiosa del país.
Sin un claro favorito, los iraníes decidirán entre el pragmático conservador Mohammad Baqer Qalibaf, el ultraconservador Saeed Jalili y el reformista Masoud Pezeshkian para suceder a Raisí, quien murió en un accidente de helicóptero en mayo.
Con información de EFE
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