Hace mucho tiempo, viviendo en República Dominicana, descubrí a Walter Riso, y no hay un libro suyo que no me haya leído. Ha escrito textos muy buenos y es famoso en el mundo entero. Le agradezco mucho, porque fue el hombre que me ayudó a defender a las mujeres de mi país, que no iban a la universidad, dependían de su marido y no podían divorciarse.
El abuso a la mujer era muy común. Yo me enfoqué en darle conocimiento, explicarle la importancia de estudiar y que no se hicieran dependientes de sus maridos, porque la dependencia fomenta el abuso. Si usted depende de alguien para comer, pagar la casa y un gran etcétera, simple y llanamente “está feo, para la foto y peor para el video”.
Todo eso me hizo defender a las mujeres, porque los hombres eran el poder, mientras estábamos en casa criando niños y cocinando. Me siento orgullosa del gran cambio que hicimos.
Leer “Intimidades masculinas”, de Walter, me cambió mi vida. Por primera vez comprendí que había contribuido a que la mujer se liberara y entendiera que debía desarrollar lo que se consideraba en esa época como su “parte masculina”, o sea, meterse en la sociedad. No competir con el hombre, pero sí, poco a poco, ir haciendo lo mismo que los hombres: aprender a negociar, a que no la engañaran, a meterse en el mercado que solamente manejaban los hombres.
Cuando todo empezó a cambiar, las mujeres dimos un paso muy malo. Odio cuando me dicen que soy una mujer “empoderada”, porque eso hace que los hombres hagan corriendo. Una mujer empoderada cree que ya lo hizo todo, cuando apenas está sacando la cabeza.
También entendí que los hombres no estaban bien. Hicimos una liberación femenina, pero nos olvidamos de que faltaba la liberación masculina. Ahora mucha gente está trabajando en eso. Y es verdad que la mujer está compitiendo con el hombre de una manera furiosa y negativa. Esto ha provocado que muchos hombres tengan miedo y que sexualmente estén mucho más inseguros. Acuérdese que el pene es una república independiente. Ningún hombre puede decirle que se active. Lo hace cuando le da la gana. Y como los hombres creen que son un pene erecto caminando por la vida, se sienten horribles cuando empiezan a tener problemas con sus erecciones.
Han subido cosas muy peligrosas como los feminicidios y los divorcios. Mientras, nuestros hijos sufren. Y las mujeres también, aunque digan lo contrario. O sea, tenemos que parar esto. Walter Riso me hizo ver claramente cómo sufren los hombres.
Recientemente, en la presentación de su nuevo libro, le di las gracias públicamente por haberme ayudado a comprender a los hombres y empezar a abrirle los ojos. Y también a las mujeres. Dependemos de los hombres, al menos las mujeres heterosexuales. Queremos un mejor mundo, pero si las mujeres y los hombres se llevan mal, si las mujeres solo se dedican a criar en el hogar y los hombres se sienten inseguros y perdidos, entonces tendremos malos matrimonio, malas parejas y malas familias.
Si la familia no funciona, la sociedad tampoco. Y no hay que ser muy inteligente para saber que el mundo está muerto, es un caos. Por eso, agradezco a Walter Riso. No tengo con qué pagarle el bien que me ha hecho, ni tampoco su contribución para que los hombres crezcan. Gracias por haber escrito “Intimidades masculinas”. Dios te bendiga, amigo.
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